Aportación de España a la historia de Europa.
Publicado en la revista Altar Mayor, número 173, de verano de 2016. Ver portada de Altar Mayor en La Razón de la Proa. El autor es abad emérito de la abadía benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
La recuperación de este artículo está motivada por el editorial de La Razón de la Proa, publicado el 3 de enero de 2021, titulado La soledad del europeo: Los españoles somos europeos por voluntad histórica, y, en nuestro caso, 'amamos a Europa porque no nos gusta'.
Aportación de España a la historia de Europa
Nos consideramos un pueblo paradójico, tantas veces inmanejable para nosotros mismos, por lo que nos movemos entre nuestros propios complejos de inferioridad y las leyendas negras de los demás. Contradictorio como la propia tierra donde se asienta, o en armonía consigo mismo cuando las alternancias internas se aquietan. Capaz, como en nuestros días, de no estar de acuerdo ni con Dios ni con su vecino, pero también de haber sido capaz de llevar a cabo empresas comunes portentosas.
Entre esos claroscuros, hemos escogido una porción de hechos que han dejado huella profunda entre nosotros y en Europa. La mayor parte son sobradamente conocidos. Por eso me limito a su mención y a alguna anotación más o menos amplia según su importancia. Me detengo a mediados del siglo XVII. Pero sí me voy a extender en una reflexión sobre el sentido y las consecuencias de la Paz de Wetsfalia y la representación que le ha correspondido a España en los tiempos de la modernidad.
1.- De Roma a Trento
1.1. Imperio romano
España conservó, hasta hoy, su nombre latino, al contrario que Francia (Gallia), Alemania (Germania) e Inglaterra (Britania), lo que subraya la continuidad con las raíces seculares dentro del marco europeo.
1.2. Política
Entre los siglos I-II Hispania aportó dos emperadores, procedentes ambos de Itálica: Trajano, con el que el Imperio alcanzó su máxima extensión, sucedido inmediatamente de Adriano, que consolidó su legado y fue uno de los mejores administradores de la historia de Roma. A él se deben el Panteón y la fortaleza de Sant Angelo.
Del siglo IV es el emperador Teodosio, nacido, según todos los indicios, en Coca (Segovia).Reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último emperador en gobernar todo el mundo romano. Es autor de la primera codificación del Derecho Romano. Tomó la trascendental decisión de hacer del cristianismo la religión oficial del Imperio mediante el Edicto de Tesalónica, en 380. Ha sido una de las aportaciones más importantes de España, porque con ello Europa empezó a llevar el sello cristiano sobre cualquier otro. Constantino sólo había concedido la libertad a la Iglesia.
1.3. Cultura
Escritores: Séneca (Córdoba, s.i). Filósofo, político, orador, escritor y autor de obras de carácter moralista (estoico).Con Cicerón, una de las personas más destacadas de la historia intelectual de Roma.
Marcial (s.i), de Calatayud. Autor de los «Epigramas» (poesía satírica). Maestro en el género, muy temido por la sociedad romana de su tiempo.
Quintiliano (Calahorra s.i). Autor y profesor de Tratados de Retórica, uno de los más importantes en la historia de Roma, muy seguido en la Edad Media.
Columela (Cádiz, s.i).Uno de los mejores especialistas del Imperio en asuntos agronómicos. Continuador de Varrón y Catón.
Prudencio (Zaragoza o Calahorra, s. iv), el más eximio de los poetas cristianos latinos. Se convirtió en un modelo a imitar en toda Europa, siendo colocado a la misma altura que Homero. Su influjo pervivió durante toda la Edad Media sobre la poesía cristiana de toda la época.
1.4. Iglesia en España
Muy pronta implantación del cristianismo en Hispania. Muy probablemente fue Iglesia «apostólica», es decir, fundada por un apóstol (Santiago y/o San Pablo).En Europa sólo tiene esta condición la Iglesia de Roma. A comienzos del siglo iv, casi a raíz de la Paz de Constantino, tiene lugar el Concilio nacional de Illíberis (Elvira), con asistencia de 30 obispos, uno de los primeros concilios de la cristiandad, que se multiplicaron a raíz de esta iniciativa hispana.
Una de las máximas figuras de la Iglesia en este siglo fue Osio, obispo de Córdoba (s. iv): consejero de emperadores, padre de concilios, y símbolo de la ortodoxia de Occidente por la afirmación de la divinidad de Cristo. Fue por ello llamado por Constantino al Concilio de Nicea (325), donde se proclamó el carácter dogmático de esta verdad cristiana.
1.5. Iglesia Visigoda
Los concilios de Toledo fueron un acontecimiento eminentemente nacional, columna vertebral de la nación en su dimensión política y religiosa. Pero no traspasaron las fronteras.
San Isidoro sí fue, en cambio, una figura de ámbito europeo, gracias principalmente a las Etimologías o libro de los orígenes, en 20 libros. Es un repertorio inmenso de todo el saber divino y humano de la antigüedad hasta el s. VII: Dios, la naturaleza, el hombre, las religiones, las artes liberales, la medicina, la agricultura… Suma de todos los conocimientos de la antigüedad, enciclopedia obligada de consulta.
No es una obra de investigación sino una recopilación, la única en su tiempo y durante mucho tiempo. Una especie de Wiquipedia de la época, de enorme utilidad para todos los estudiosos. Se conservan más de 1.000 manuscritos, distribuidos por casi todos los países europeos, desde Portugal e Irlanda hasta los Países Bajos, porque fue una de las obras más reproducidas en el continente, sucesivamente reeditada hasta la actualidad. Una de las obras más representativas y celebradas de la cultura española, con mayor difusión universal. La invasión árabe malogró que España se adelantara en un siglo a Francia (Academia Palatina) en la restauración cultural tras la caída del Imperio.
1.6. España árabe
El esplendor de la cultura árabe tiene no poco de ficticio en su dimensión intelectual, aunque Al Andalus fue la base de lanzamiento de la sabiduría que traían y de la que aquí cultivaron.
El esplendor cultural árabe se debió, muy marcadamente, a la incorporación de conocimientos de otros pueblos con los que estuvieron en contacto por vecindad o por conquista, como la cultura grecolatina, persa, egipcia o india, en aspectos como las matemáticas o las ciencias aplicadas, la medicina, o la astronomía. El mayor apogeo se da en el siglo x con el califa Al Haken II. Hubo también presencia judía, particularmente con Maimónides,
Lo más destacado fue la Filosofía andalusí, basada en el pensamiento griego, principalmente el de Aristóteles, que había sido introducido en el Islam por el persa Avicena. Pero fue en España donde se dio el paso del neoplatonismo al aristotelismo, muy importante para el pensamiento filosófico y políticos en la Europa medieval, a través de la Universidad de París y Santo Tomás de Aquino.
Su principal representante fue Averroes (Córdoba, 1126-1198), el más destacado de la cultura andalusí y en buena medida de la filosofía islámica, quien cultivó también la historia, el derecho, la teología, siempre inspirado en el aristotelismo. Pero el mundo árabe se mostró, en conjunto, ajeno a este pensamiento, y el mismo Averroes fue exiliado de Córdoba. Es de señalar que los árabes no conocieron a los clásicos griegos en sus fuentes originales, sino a través de las traducciones que entre los siglos IV al VII se hicieron por los monjes cristianos sirios a su lengua: el árabe. Fueron ellos los intermediarios entre Grecia y el Islam.
En las ciencias predominaron las disciplinas prácticas como la medicina, la agricultura, la navegación, la arquitectura y la física. De manera muy particular destacan las matemáticas y la astronomía, gracias al sistema de numeración arábigo (procedente de la India), que introdujo el cero. Con él desarrollaron el álgebra y la trigonometría. Azarquiel (Toledo, 1034) fue el astrónomo más importante del Medioevo. Sus tablas astronómicas fueron utilizadas hasta las de Kepler (1571-1630). Inventó el astrolabio y la brújula. En este campo de la ciencia, otros inventos fueron el papel y la pólvora.
En medicina, los árabes de la península fueron los más avanzados de su tiempo, pero fue ejercida ante todo por médicos cristianos y judíos. Dieron también un gran desarrollo a las técnicas agrícolas del regadío como la noria y las acequias, y trajeron cultivos asiáticos como el arroz y la naranja. En arte nos han dejado obras como la Alhambra, la Mezquita de Córdoba, el Alcázar de Sevilla y la Torre del Oro.
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