«Germánicos contra bereberes».
El esbozo de ensayo "Germánicos contra bereberes" debe ponerse en relación con un punto esencial del pensamiento joseantoniano. Contradecimos la tesis de un autor que cree que el contenido muestra una evolución de José Antonio para acercarse a la Alemania nacionalsocialista.
Especulaciones en torno a un texto histórico.
Pecamos de reiterativos si decimos que José Antonio Primo de Rivera es un personaje histórico que sigue gozando de actualidad, pues continuamente se editan ensayos o novelas que a él se refieren, se realizan estudios eruditos de carácter universitario y se publican reportajes o artículos periodísticos que giran en torno a su figura o a su obra.
Entre estos últimos, he leído en Internet uno titulado Aniversario de José Antonio, del que es autor Eduardo Núñez, que trata sobre el esbozo de ensayo que trazó el fundador de la Falange en la cárcel de Alicante y que está fechado el 13 de agosto de 1936; su título es Germánicos contra bereberes, y la tesis de Núñez es que su contenido muestra una evolución de José Antonio para acercarse a la Alemania nacionalsocialista, y añade cosa que parece molestar a bastantes de sus seguidores (1).
Puedo asegurar que uno, evidentemente seguidor de José Antonio, no siente molestia alguna por todas aquellas aproximaciones que a él se refieran, siempre que su finalidad sea bienintencionada. Lo que suele suceder es que muchos de estos acercamientos a estudiarlo prescinden de una necesaria contextualización y se olvidan de encuadrar lo que se dijo o hizo en los años 30 del siglo pasado en su circunstancia. No es este olvido exclusivo de los estudios sobre José Antonio Primo de Rivera, sino que tiene lugar muchas veces cuando se pretende justificar posturas de hoy con textos de un ayer lejano.
Francamente, a mí me preocupan más el difícil presente y el incierto futuro que el análisis del pasado, tarea de historiadores en todo caso. Me suelo definir como joseantoniano del siglo XXI, y, como tal, no tengo dificultad alguna en separar la esencialidad de la contingencia histórica o de la superficialidad en los textos de José Antonio, como propone Miguel Argaya Roca (2).
Pero, por otra parte, resulta chocante que, a estas alturas, se pretenda vincular el pensamiento joseantoniano con el III Reich, y, también, que, para ello, se haya descubierto ese esbozo de ensayo escrito en la prisión alicantina, cuando la historiografía al respecto ya se ha ocupado ampliamente del mismo.
Germánicos contra bereberes no aparece en las Obras (mal llamadas completas) que fue publicando la Sección Femenina del Movimiento. Según explica el gran erudito e investigador ovetense José M.ª García de Tuñón Aza (3), una de las primeras referencias sobre este ensayo es la de Juan Aparicio en La Gaceta Literaria nº 304, de 7 de noviembre de 1964, y lo trata como libro escrito y desaparecido en la cárcel de Alicante sobre el tema germanos (sic) contra bereberes, o sea la superación de la polémica profesional que han mantenido otro par de españoles en el exilio, don Américo Castro y don Claudio Sánchez Albornoz, afirmando y negando la orientalización o la visigotización europeizante de España.
También cita ⎼y reproduce⎼ García de Tuñón un interesante artículo de Joaquín Aguirre Bellver, publicado en la revista SP en 1969, sobre el ensayo joseantoniano, y no se olvida de mencionar a Manuel Cantarero del Castillo, que en su libro Falange y Socialismo, de 1973, hace referencia al ensayo, si bien no acierta ni en el título ni en el texto, aunque algo debía saber el mismo; finalmente, menciona José M.ª García de Tuñón que la revista Razón Española reprodujo Germánicos contra bereberes en su número 57, de enero de 1993, pero con abundantes errores que él mismo se encargó de rectificar.
El gran público tiene oportunidad de conocer el ensayo joseantoniano cuando Miguel Primo de Rivera y Urquijo publica, ¡en 1996!, el libro Papales póstumos de José Antonio, y afirma que estaban en su poder desde 1977 (4). Evidentemente, Plataforma 2003 también recogió el texto íntegro y expurgado de erratas en sus Obras Completas del Centenario, tomo II, editadas en 2007, páginas 1543-1549. Con esta información, me excuso de reproducirlo en este artículo, en la seguridad de que está a disposición de todos quienes deseen conocerlo en toda su amplitud y en la confianza de que así lo han hecho quienes lean estas líneas.
En esta confianza, sí que me permito reproducir unos párrafos que hacen alusión al tema esgrimido por el señor Eduardo Núñez, uno del filósofo Gustavo Bueno y otro del mencionado artículo en SP de Aguirre Bellver. El primero (que cree en la autenticidad joseantoniana del ensayo a diferencia de Miguel Argaya (5)) dice que
“Germánicos contra bereberes” se caracteriza por un potente sistematismo, que trata de reconstruir la historia de España (por no decir la estructura misma de España) a partir de un esquema dialéctico, a saber, la oposición de dos pueblos, germanos y bereberes, frente a la postura monista de entender a España como una subestructura permanente; y se pregunta más adelante: ¿Cabría hablar, pues, de racismo en el artículo de José Antonio? A nuestro juicio, la respuesta sería afirmativa, porque germanos y bereberes son entendidos allí como razas diferentes, si bien un racismo sui generis, que valora en la raza, tanto o más que sus caracteres estrictamente zoológicos, sus cualidades espirituales, pero racismo a fin de cuentas. Como sigue siendo racismo el celtismo extendido en las comunidades de Galicia y Asturias (aquí de forma grupuscular); y finaliza Gustavo Bueno con estas palabras: La tesis contenida en el artículo de José Antonio representa salva veritate una posición original en el conjunto de las teorías bifactoriales acerca de la estructura y la historia de España (6).
Del artículo de Gustavo Bueno también se hace eco Moisés Simancas en su tesis doctoral sobre José Antonio (7), que matiza:
Solo nos queda la duda de hasta qué punto es literal o figurada la conexión que establece entre los orígenes raciales y las distintas líneas ideológicas y culturales que sigue la minoría y la masa; pues de tratarse de una conexión real entre minorías y razas, este planteamiento no estaría muy lejano al de los teóricos del nacional-socialismo alemán; no obstante, al recoger los matices de Gustavo Bueno, se refiere a la impronta orteguiana de José Antonio: Frente al esquema monista del pueblo intemporal (que recuerda la intrahistoria de Unamuno), José Antonio presupone la fórmula orteguiana: todo pueblo es el resultado de la interacción de una minoría y unas mayorías; las mayorías hacen a las minorías, y de ahí la necesidad de jerarquía y disciplina; claro que José Antonio pasa por alto o contradice abiertamente la tesis orteguiana sostenida en España invertebrada, la de los visigodos degenerados, ya que los visigodos son sencillamente germanos.
El supuesto racismo del ensayo joseantoniano podría aplicarse también a los textos orteguianos, así como a los posteriores de Américo Castro, de Sánchez Albornoz y de cuantos autores se han aproximado al concepto de España e incluyen la palabra raza como equivalente a los diferentes pueblos que han ido integrando el corpus español a lo largo de los siglos.
Por otra parte, Joaquín Aguirre Bellver decía en su artículo de la revista SP que...
La propuesta de una definición cultural de España como tensión entre el germanismo y el africanismo tiene el defecto de la temporalidad y de la superficialidad, pero tiene el valor significante de una aproximación al fondo del asunto. Su fecha, agosto de 1936, recién entablada la guerra civil, le confiere el valor de lo dramático (…). Aunque, en mi opinión, José Antonio no acierta a concretar la personalidad comunitaria del pueblo español en la historia (8).
Recojamos también la opinión de Adriano Gómez Molina (9), que añade una anécdota curiosa a la dicotomía sostenida en el texto de José Antonio:
Se trata de una sistemática y simplificadora visión étnico-cultural de la historia de España. En ella encontramos un rastro curioso vinculado a Sánchez Mazas. Cuenta Martínez de Bedoya que, en octubre de 1934, José Antonio le invitó a almorzar en compañía de Rafael Sánchez Mazas, en el Hotel Nacional. En una conversación que Bedoya califica de deslumbrante y decisiva -pero que se convierte en un 'admirable malabarismo dialéctico que me dejó confundido y receloso'- Sánchez Mazas termina diciéndole: "Y no te olvides que lo mejor de todo cuanto disponemos es el hecho de que José Antonio es un godo purísimo, buen conocedor de la gran desgracia que supuso lo bereber'.
Como se puede ver, no se trata de una evolución de José Antonio hacia posturas limítrofes con el racismo hitleriano, sino de una constante puramente cultural, que, en los días dramáticos del Frente Popular, el encarcelamiento en Alicante y el estallido de la guerra civil, buscan crear unos símiles históricos con la deriva española de aquellos momentos.
Quedan aún por recoger dos aportaciones a la interpretación de Germánicos contra bereberes. En primer lugar, la de Francisco Torres García (10), que nos dice:
Es necesario leerlo en ese momento histórico, aunque José Antonio se haga eco de un tema presente en la historiografía española de la época. Las noticias que tiene en la prisión de Alicante son decepcionantes, la ´intervención quirúrgica´, el golpe de Estado rápido que él apoyaba había fracasado y se abría la guerra civil (…). Temía la victoria de la República de 1936 sobre la de 1931. Leído en esa clave, lo que nos presenta es una reflexión sobre los dos caminos que se abren para España: el de la razón de la tierra (bereberes) o el de la razón de destino (germánicos). La historia de España se ha hecho en pugna de estas dos concepciones. Ahora se puede producir la victoria de la ´nueva invasión bereber´ que era la República de 1936. En este caso, España quedaría desligada de Europa quizás de forma definitiva o quizás solamente deje de contar durante mucho tiempo.
En nota a pie de página, reconoce Francisco Torres que el artículo difícilmente resistiría una crítica histórica con detenimiento; para ello, menciona un estudio de Jesús Romero-Samper, al que he tenido acceso a través de Internet (11); en este artículo se pueden seguir toda una serie de refutaciones y matizaciones a la teoría de José Antonio en su ensayo desde el punto de vista de la erudición histórica, y la conclusión de Romero-Samper es la siguiente:
El ensayo de José Antonio adolece, bajo un discurso equívoco, de ciertas inexactitudes, contradicciones y errores. A pesar de todo, el mensaje de fondo parce acertado en la conclusión analítica. Este autor usa Germánicos contra bereberes para reflexionar, en clave eminentemente religiosa, sobre la situación actual: Esta Europa laica se africaniza por momentos (…). La pérdida de la identidad católica europea ha traído, con el paso de los siglos, una nueva invasión de Europa, doce siglos después, y esta vez, no por la fuerza del agareno, sino por la relajación (laicista y anticatólica) del Viejo Continente.
Por mi parte, mi conclusión personal es que el esbozo de ensayo Germánicos contra bereberes debe ponerse en relación con un punto esencial del pensamiento joseantoniano, obviando lo acertado o errado del texto escrito el 13 de agosto de 1936; y este punto esencial se resume en el párrafo siguiente:
…Dos maneras de entender la patria: o como razón de la tierra o como razón de destino. Para unos, la patria es el asiento físico de la cuna; toda tradición es una tradición espacial, geográfica. Para otros,, la patria es la tradición física de un destino; la tradición, así entendida, es predominantemente temporal, histórica.
Como se puede comprobar, estas palabras empalman con la tesis de la unidad de destino, la que integra pueblos, razas, lenguas y costumbres distintas en un proyecto o misión en lo universal. Es decir, lo opuesto cabalmente a una interpretación racial de una patria, sostenida por un volkgeist, según las tesis del romanticismo alemán, que parte del luteranismo y desemboca en el III Reich.
Por si no quedara suficientemente claro, traemos aquí unas palabras de José Antonio, en respuesta a una entrevista concedida al regreso de un viaje a Alemania (12):
El hitlerismo tiene algunos principios esenciales que coinciden con los nuestros, pero tiene características alemanas y luteranas que, evidentemente, no se encuadran en la idea romana de universalidad y, ni siquiera, en la española, y estos principios se resumen en la palabra racismo. Ninguna mente española, educada en la secular tradición de la civilización como hecho espiritual, como dignificación otorgada o impuesta al hombre, incluso al que más se diferencia de nosotros en sus particularidades físicas o biológicas, puede aceptar absolutamente el rígido criterio exclusivista de los racistas alemanes. Considerar el criterio del arianismo, de la pureza de la sangre, seguido por Hitler en Alemania, no solo como ingenuidad científica, sino como una auténtica negación de lo que constituye la esencia misma de la civilización cristiana y del imperialismo español… Un español no considerará repugnante nunca casarse con una judía y su preocupación, en tal caso, de convertirla, tendrá a gloria añadir a su comunidad una raza distinta y no excluirla de ella.
Como conclusión, añadiremos que es evidente que, como decía Jaime Suárez, los textos de José Antonio no son ni una Biblia ni un Talmud; en las Obras Completas encontraremos, claro está, ideas geniales, propuestas para su tiempo, contradicciones, superación de conceptos anteriores y errores de apreciación… como en cualquier pensador o político. Como ejemplo, podemos mencionar su asunción de las previsiones de Carlos Marx sobre el final del capitalismo…
Lo que nos interesa especialmente son las ideas-fuerza de su pensamiento, las que son constantes o surgen por agregación (Francisco Torres), por decantación o por evolución. En esas ideas-fuerza podemos encontrar lo esencial de José Antonio, lo que permanece por encima de las circunstancias históricas concretas y debe ser traído al siglo XXI. Y que quede claro que, entre esas ideas esenciales está el humanismo de base cristiana y el personalismo, ajeno totalmente a cualquier veleidad racista.
NOTAS:
- (1) Núñez, Eduardo. Aniversario de José Antonio. Publicación “El oso blindado. El pensamiento libre contra las opiniones prefabricadas, con el subtítulo Medio disidente de agitación y combate cultural. 24 de abril de 2021.
- (2) Argaya Roca, Miguel. Entre lo espontáneo y lo difícil. Tarfe. Oviedo. 1996.
- (3) García de Tuñón Aza, José M.ª. José Antonio y su circunstancia. Fundación Ramiro Ledesma. Oviedo. 2002. Págs. 121-139
- (4) Primo de Rivera y Urquijo, Miguel. Papeles póstumos de José Antonio. Ed. Plaza y Janés, Colección Así fue. La historia rescatada. Barcelona 1996. Págs. 160-166.
- (5) Argaya. Op. Cit. Pág. 16
- (6) García de Tuñón. Op. Cit. 121-134
- (7) Simancas, Moisés: José Antonio: madurez de su pensamiento. Plataforma 2003. Editado en 2006. Pág. 197.
- (8) García de Tuñón. Op. Cit.
- (9) Gómez Molina, Adriano. Las gafas de José Antonio. Ed. Actas. Madrid 2003. Pág. 251
- (10) Torres García, Francisco. El último José Antonio. Ed. Barbarroja 2012. Págs. 458-459
- (11) Romero-Samper, Jesús. Algunos refutaciones a ´Germánicos contra bereberes´. Internet. Publicado originalmente en revista Arbil nº 111.
- (12) Primo de Rivera, José Antonio. Obras Completas del Centenario. Tomo I. Págs. 581-582.