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Una película imprescindible: "Hispanoamérica, canto de vida y esperanza".

Id a ver esta película mientras se pueda. Porque estas cosas hay que apoyarlas por lo que suponen de rebeldía. Porque escapan del sopor que envuelve a la corrección política española. Porque anticipan una enérgica reacción cultural.

Remitido por la Hermandad Doncel. Ver portada del Boletín Doncel en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP

De izquierda a derecha: Javier Ortega-García [Aquí y Ahora], José Luis López-Linares, director y productor, Juan Orellana, crítico de cine y profesor de la Univ. San Pablo CEU, Javier Restán, Univ. 'Francisco de Vitoria', y José Luis Sainz [Doncel y el Jovial Cetáceo]

El pasado viernes día 10 de mayo, la Hermandad Doncel, organizó con otras dos asociaciones (Jovial Cetáceo y Aquí y Ahora) una sesión privada para ver juntos la película Hispanoamérica, canto de vida y esperanza. Asistieron 350 personas. Una sala de cine grande llena hasta los topes. ¿Para ver el estreno de una película de superhéroes? Que va. Para ver un documental que lleva ya varias semanas estrenado en la gran pantalla. Con creciente asistencia de público. De un público entusiasta que atiende embelesado. Que vibra con la fotografía y con la música. Que acaba aplaudiendo a rabiar.

Se trata de una película producida por José Luis López Linares, el director que sorprendió hace un par de años con otro documental impresionante: España la primera globalización. Otro éxito de público que puso el acento en aspectos poco conocidos de nuestra compleja y emocionante historia. Un éxito que no se reflejó suficientemente en los medios ni en los festivales.

Se hace difícil explicar el cúmulo de sensaciones que produce. La primera es la impactante belleza de la fotografía. Los paisajes que reflejan una naturaleza soberbia e indómita, en la que nuestros antepasados dejaron su perdurable huella. La exuberancia de las ciudades hispanas con esa soberbia arquitectura mestiza, que refleja el alma mezclada de quienes la diseñaron y ejecutaron. El arte virreinal, que no colonial. Porque otro hallazgo de la película ha sido poner de manifiesto que las Indias no fueron colonias, sino una parte imprescindible de un imperio pluricontinental y multioceánico.

Impresionan especialmente los recorridos visuales por los templos hispanoamericanos. Un barroco tremendista que produce un asombro panorámico antes de rebajar la mirada a los detalles en los que vuelve a reflejarse la naturaleza mestiza de nuestra civilización. Y cuya riqueza evidencia, como dice uno de los personajes entrevistados, que la mayor parte de la plata extraída de las minas no cruzó el Atlántico hacia la Metrópoli. Se quedó allí. Para edificación y disfrute de la gente de allí. Con independencia de su raza y condición.

La banda sonora contribuye intensamente a sumergir al espectador en el relato cinematográfico. Está centrada en la música indígena. Una música original y poderosa de ritmos autóctonos y cantada tanto en latín como en español. Sin desdeñar tampoco a las lenguas indígenas americanas.

Pero estas impresiones sensoriales no bastan para explicar lo que aporta la película. Porque también incluye un recorrido intelectual extraordinario. Un recorrido que tiene un carácter cuasiconceptista: frases cortas e impactantes, párrafos breves pero significativos. Parecería que el propio Baltasar Gracián ha ejercido de guionista de las intervenciones orales. Breves comentarios que aporta todo tipo de gente. Desde la potencia pensadora de intelectuales de relumbrón hasta la certera agudeza de protagonistas sencillos.

Participan historiadores prestigiosos como Marcelo Gullo, Enrique Kauze, o Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia. Entre otros varios procedentes de ambos lados del charco. Y también musicólogos, investigadores, expertos en arte,… Junto a ellos se da audiencia a indígenas bolivianos, músicos mejicanos, guías de monumentos. Unos y otros tienen palabras adecuadas que pronunciar.

Esta potente propuesta presenta un modelo de civilización extraordinario. Con multitud de facetas, aunque resalta las tres que unifican y dan coherencia. Son un idioma: el español; una religión: el catolicismo; y un factor humanista definitivo: el mestizaje. Entre las tres componen el magnífico friso de un fenómeno que está expreso desde el origen de la empresa americana: La acogida. La aceptación del diferente como igual. Que no deja de manifestarse en toda la película. Pero que alcanza un cenit expresivo en el énfasis que pone en los matrimonios entre indígenas y españoles, alentado por la incomparable Isabel de Castilla.

La película finaliza con un Avemaría entonado por una india de voz maravillosa frente a un paisaje en el que resuena lo universal. Y que proclama la inmensa influencia de la Virgen María en el corazón de los hombres y mujeres que han venido protagonizando esta historia. Una historia que no se explica sin la fuerza espiritual que contiene. La del Resucitado que arrasa fronteras y mueve corazones. Y que se visualiza en la escena que capta el asombro de los tlaxcaltecas. Cuando ven a Cortés, el poderoso conquistador, arrodillarse y besar los andrajos de Motolínia, el humilde franciscano enviado a evangelizar Méjico.

Tras la proyección se realizó un breve, pero interesante coloquio en el que el crítico de cine Juan Orellana, entrevistó al director. La conversación puso de manifiesto las claves de la película cuyo objetivo es hacer visibles realidades tanto históricas como actuales que están siendo progresivamente censuradas por la cultura dominante. Y la libertad creativa del director, inmune a las críticas de los medios “progresistas” empeñados en relacionar cualquier iniciativa de este tipo con sus obsesiones negrolegendarias.

Id a ver esta película mientras se pueda. Porque estas cosas hay que apoyarlas por lo que suponen de rebeldía. Porque escapan del sopor que envuelve a la corrección política española. Porque anticipan una enérgica reacción cultural. Llevad a hijos, parientes y amigos, incluso a los que les resulten antipáticos. Les haréis un favor.

Apuntes de la presentación.

Por nuestra parte, y creo hablar en nombre del Jovial Cetáceo y de la Hermandad Doncel, nos gustaría que se pusiese énfasis en que el documental y estas convocatorias son una pequeña revolución cultural en el panorama español e hispánico animada por una nueva generación de artistas, filósofos, escritores, espectadores, que aman y necesitan a su nación. Una generación con la que nos identificamos, si no en la edad, sí en el propósito. Un fenómeno esperanzador. Como ha señalado el propio López-Linares en alguna entrevista reciente: 

"Es una generación que nace de abajo a arriba, que es popular, que no está aliada a ninguna política de partidos, que está creando un capital simbólico y cultural importante y que es independiente, autónoma, se basta a sí misma para sus contenidos. También es importante el hecho de que está descentralizada, es decir, no hay ninguna organización por medio. Comenzó por una necesidad y las personas se van sumando porque necesitan tener una base sólida, conocer su historia, saber de dónde vienen. Si no sabes de dónde vienes, no sabes quién eres. Y esa es una necesidad que se está dando no sólo en España, sino en toda Hispanoamérica".