Concreción de objetivos
Venimos del 'patriotismo crítico' que llenó las mejores páginas de muchos pensadores y que desembocó en las constantes joseantonianas.
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Concreción de objetivos
En La Razón de la Proa no nos propusimos, simplemente, abrir un nuevo blog, página o revista azules que entrara en (sana) competencia con las acaso cientos que están en las redes. Teníamos y tenemos unos objetivos concretos y diáfanos, que se incluyen en lo que hemos venido en llamar con otros camaradas entrañables el proyecto del Foro Sigüenza, en clara referencia al símbolo de aquel Doncel que fue calificado por José Antonio Primo de Rivera como «un falangista del siglo XV».
Empecemos por afirmar rotundamente que nuestro ámbito no es el de la “política”, entendiendo esta palabra el de la pugna de partidos por alcanzar votos, escaños y representantes en las instituciones; entendemos que, dadas las circunstancias, este sería un objetivo iluso.
Si descartamos esta tarea política, es evidente que no pretendemos ser un banderín de enganche de muchos jóvenes (o no tan jóvenes) que se inclinan por la acción, y esta se la ofrecen los partidos; ojo en este punto, también, porque ya sabemos que, sin pensamiento, la acción puede derivar en pura barbarie. Tampoco nos queremos mover en el campo de la entelequia, lo que sería un tipo de pensamiento inane, repetitivo y anacrónico.
Nuestro primer objetivo es profundizar en las ideas y crear un clima de opinión en la sociedad española, demostrando que lo esencial del pensamiento joseantoniano es válido para afrontar los problemas de hoy; no se trata de captar voluntades, sino de demostrar que hay algo más bajo el sol, por mucho que el Sistema pretenda decirnos que, fuera de su campo, solo hallaremos llanto y crujir de dientes…
Un segundo objetivo está en consonancia con el anterior: dejar un testimonio real de unos planteamientos éticos y políticos (ahora sí tomamos esta palabra en su sentido amplio y acogedor), para que muchos de los que ahora son jóvenes y están deslumbrados por la acción, tengan unos referentes que les puedan orientar hacia el futuro, a lo mejor cuando lleguen las horas de los desengaños y alejamientos.
A tal efecto, nuestra genealogía es clara: venimos del patriotismo crítico que llenó las mejores páginas de muchos pensadores y que desembocó en las constantes joseantonianas, las más firmes e intemporales. Y unimos esa genealogía al estudio de las aportaciones válidas de pensadores de hoy de todas las latitudes.
Y un tercer objetivo es dar difusión a todos los esfuerzos, los de que, como nosotros, han bebido en las mismas fuentes y experiencias, y que, con acaso diferentes perspectivas, siguen manteniendo su tensión intelectual y anímica por lograr una sociedad más justa y más libre, una España mejor en una Europa y un mundo mejores.
Estos tres objetivos están encuadrados en una concepción y vivencia de un estilo, de un modo de ser, al que no queremos renunciar en modo alguno por constituir la base de nuestros planteamientos. Si queremos detallarlo, este estilo se puede concretar en los conceptos de generosidad, servicio y elegancia, que están y estarán presentes en nuestras palabras y en nuestros actos.