Tambores lejanos
- Atentos a los tambores lejanos, políticos y medios se han pasado semanas enteras conteniendo la respiración por el resultado de las elecciones estadounidenses.
Tambores lejanos
No sabemos si es demasiado fuerte decir que España es un Estado fallido, pero sí estamos convencidos de que son fallidos los políticos que lo encarnan y, en general, todos sus seguidores, los que se dejan deslumbrar por ellos.
Nos parece de todas formas más justo reflexionar sobre la situación colonial a la que nos han conducido entre todos, sometidos a los poderes ideológicos y financieros transnacionales; desde esta situación, están muchos bobaliconamente pendientes de sus ocurrencias, sea para sobrevivir en este mundo globalizado, sea por vocación de catetos incurables.
Así, se han pasado semanas enteras conteniendo la respiración por el resultado de las elecciones norteamericanas; los medios –oficiales y oficiosos– abrían sus portadas con los últimos avances o retrocesos de los candidatos a la presidencia del imperio.
Esto servía maravillosamente de cortina de humo de otros problemillas sin importancia, como la desastrosa gestión de la pandemia, la educación de las futuras generaciones sometidas a la ley Celáa, los pactos lingüísticos con los separatistas, el silenciamiento legal de las opiniones contrarias al gobierno, tildadas de desinformaciones, o a la situación precaria de muchos españoles, empresarios que echan el cierre y trabajadores sin cobrar sus EREs o RMV.
Estaban solo atentos, pues, a los tambores lejanos. Bien, ya sabemos ahora que ganado el señor Joe Bilden, y la izquierda lo celebra como si fuera uno de los suyos; la acomplejada derecha se limita a repetir los tópicos de siempre, como que se trata de un triunfo de la democracia, cuando en realidad es la victoria de unos lobbies financieros sobre otros de igual calaña, fraguada a duras penas desde Wall Street. Dicen que, con la victoria del Partido Demócrata perderán fuelle los movimientos identitarios, y todos los dedos de la gran coalición, formada en la pasada moción de censura, señalan malignamente a Vox.
Nosotros, por nuestra parte, no estamos pendientes de los tambores lejanos, aunque sabemos que pueden repercutir en la geopolítica actual; solo nos puede inquietar cómo pueden atañer a Europa y a España, si repercuten en la propagación de las otras pandemias, las de carácter ideológico. El tiempo lo dirá.
Pero, en todo caso, los tambores lejanos no nos afectan en nuestras conciencias y opiniones, ni en cuanto a nuestra línea. No nos consideramos personalmente ni como súbditos de un Estado fallido ni como colonia de ningún imperio foráneo. Ni soportamos el aislamiento internacional ni la mediatización extranjera.
Y, por eso, no hemos permanecido conteniendo la respiración delante de los televisores hasta saber si repetía el señor Trump o ganaba el señor Biden.