La marcha a Tenochtitlán
El 8 de noviembre de 1519 entró Hernán Cortés en la ciudad de Tenochtitlan, la capital azteca. Cortés iba acompañado de un ejército compuesto por cuatrocientos españoles, cuatro mil tlaxcaltecas y dieciséis caballos...
Publicado en el antiguo blog de Trocha. Editado por Veteranos OJE - Cataluña.
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La marcha a Tenochtitlán
Previamente, en agosto, había ordenado que se destruyeran sus navíos y al mismo tiempo se dispuso a emprender su marcha hacia Tenochtitlan.
En torno al 30 de octubre salieron de Cholula con dirección a Huejotzingo. Cruzaron, para ello, el río Actipan. Les esperaba el paso de Cortés, a cuatro mil metros de altura entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
Uno de los capitanes de Cortés, llamado Diego de Ordás fue el primer europeo en ascender a la cima del volcán Popocatépetl en compañía de dos compañeros de armas, causando una gran impresión entre los nativos que acompañaban la expedición de Cortés.
El texto corresponde a unos versos de la canción de la OJE Me gusta lo difícil (1962)... Para escucharla / Ver la letra
Para saber más
- Wikipedia
- Otros
Programa de televisión Tiempos Modernos de Intereconomía, sobre el mito de Hernán Cortés
Según Iván Vélez, autor de El mito de Cortés: de héroe universal a icono de la Leyenda Negra.
Un aventurero de 36 años dio a España la mayor conquista territorial de toda su historia: se llamaba Hernán Cortés, corría 1521 y aquella conquista era el imperio mexica de los aztecas. Aún más: la conquista de la capital azteca, Tenochtitlán, abrió el camino para el nacimiento no sólo de un inmenso imperio, sino también de una idea que andando el tiempo se llamaría “Hispanidad”.
Cortés era un hidalgo de rango menor que a los 19 años pasó a América en busca de fortuna. No era un guerrero ni un político, pero las circunstancias le convertirían en ambas cosas a la vez. Instalado en Cuba, en 1519 saltó al continente. Lo que en principio iba a ser un mero reconocimiento de las costas del Yucatán, terminó como una conquista en toda regla, contraviniendo las órdenes del gobernador de Cuba, Velázquez, que en vano intentó detener a Cortés.
En su periplo por las tierras mejicanas, Cortés descubrió que numerosos pueblos de la región –totonacas, tlaxcaltecas, etc.- profesaban un odio sordo a los aztecas, cuya hegemonía les resultaba insoportable por los pesados tributos que les imponían y por su hábito de capturar presos para sacrificarlos a sus dioses. Los españoles, que nunca llegaron a ser más de quinientos, utilizarán eso en su favor. La conquista de México no fue sólo española: fue obra también de un alto número de pueblos sometidos que esperaban a un libertador. Hernán Cortés supo jugar ese papel. El 8 de noviembre de 1519 entraba en Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, en el actual Méjico, y se entrevistaba con el emperador Moctezuma.
Las intenciones de Cortés eran lograr un sometimiento voluntario de Moctezuma, muy influido por las profecías que hablaban del retorno de los enviados “blancos y con barbas” del dios Quetzalcoatl. Pero un importante sector de la nobleza y de los sacerdotes aztecas se mostraban mucho menos sugestionables. Cuando Cortés tuvo que abandonar temporalmente Tenochtitlán dejando al mando a Pedro de Alvarado, este cometió el grave error de reprimir a sangre y fuego una supuesta conjura. Los españoles tuvieron que huir sufriendo grandes bajas. Fue la “noche triste”.
Cortés logró rehacerse y derrotar a los aztecas en la batalla de Otumba, tras la cual recuperó la confianza de sus aliados indígenas y planificó con calma la conquista de Tenochtitlán. La batalla final fue, en realidad, una lucha a muerte entre indígenas donde tlaxcaltecas y totonacas ajustaron sus cuentas con los aztecas. Pero quien obtuvo la victoria política fue Hernán Cortés, que el 13 de agosto de 1521 rendía la ciudad. El imperio azteca se transformaba en la Nueva España. Fue la mayor conquista lograda hasta entonces en América.