«El contenido de la Promesa continúa siendo muy válido».
Publicado en el núm. 226 de Trocha, de junio de 2021. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en La Razón de Proa. Recibir actualizaciones de Trocha.
José Ramón Mariscal vivió el ambiente de las algaradas en 1956 junto al padre Gamo y la desolación producida en 1962 por las inundaciones de Barcelona, «pero también las canciones en el camión, nuestras camisas azules embarradas y el servicio que tan desprendidamente prestamos».
Tuvo el privilegio de vivir dos transiciones: la de las Falanges Juveniles de Franco (FF. JJ. F.) a la Organización Juvenil Española (OJE) como afiliado, y la travesía en Madrid de esta Organización desde el franquismo a la democracia como jefe provincial entre 1972 y 1978. Es, pues, un testigo de excepcional valor para calibrar lo que ha sido y lo que sigue siendo la Organización.
Nació en 1941, estudió en los escolapios y se graduó como maquinista naval, habiendo navegado con diferentes compañías hasta 1970. Trabajó ocho años en la Delegación Nacional de la Juventud y veintisiete en una empresa de automóviles. Está casado y tiene tres hijos y siete nietos.
Recuerda que ingresó en las FF.JJ.F. en el otoño de 1956, en la Centuria Roger de Flor de la Legión de Cadetes del Distrito de Universidad.
━«En la calle Santa Cruz de Marcenado estaban encuadradas diversas centurias, entre ellas la Ramiro Ledesma de guías, que había participado en las algaradas de febrero de aquel año y que se mostraba muy crítica con la situación política. También influía en aquel estado de ánimo, nuestro capellán, el padre Mariano Gamo».
Nos explica que las actividades eran las acostumbradas entonces: reuniones de los sábados, con sus canciones, su orden del día y los debates, marchas, concentraciones, algún deporte y, por supuesto, campamentos.
━«Subíamos a Navacerrada a esquiar con nuestra chaquetilla de pana, los pantalones tubo y las botas de clavos».
Desempeñó todas las funciones de mando: jefe de escuadra en 1957, asistió al curso provincial para jefes de falange, y, en el verano del 58, a un curso nacional de formación política. Más tarde, ya en la OJE, participó en la Concentración Nacional en Burgos (octubre de 1961), ejerció primero como jefe de la Centuria Batalla de Brunete y luego del Circulo El Cid, ambas de cadetes, instructor del Curso de Jefes de Escuadra, “aposentador” en la Marcha Nacional a Santiago, en 1971. En 1981 mandó el Campamento Nacional de Montaña en Picos de Europa.
Evoca su nombramiento como jefe provincial de la OJE de Madrid en 1972, cargo en el que continuó hasta 1978 y dice:
━«La OJE de Madrid era una organización de más de cuatro mil afiliados, encuadrados en cerca de 40 hogares distribuidos en la capital y provincia. Había un centro de capacitación de mandos, hogares de espeleología, montaña, paracaidismo... Catorce bandas de tambores y trompetas y una de música. Contaba con unos cuadros de dirigentes y mandos veteranos y solventes que imprimían un elevado nivel de actividad. Los fines de semana, una media de 25 unidades salían a realizar actividades de aire libre. Pero también era una organización muy autónoma en sus propias estructuras, compleja, poco abierta e influida por una situación política dictada por los procesos de cambio del régimen de Franco a la democracia. Años muy complicados y creo que los más conflictivos desde la fundación de las Organizaciones Juveniles (OO.JJ.) en los años 40».
Aquellas experiencias han permanecido vivas el resto de su vida.
━«Puedo decir que todos los amigos con los que me relaciono proceden de la Organización. En este sentido, la pertenencia al Club de Opinión Encuentros, el Coro de San Fernando, la Hermandad Doncel, y las diversas revistas y boletines refuerzan esa vinculación».
De este itinerario vital le quedan...
━«Muchos y buenos recuerdos y, algunos, pocos, dolorosos que también dieron sentido a todo aquello. Uno que recuerdo vivamente y que dentro de la tragedia fue muy intenso, es el vivido con los camaradas de Barcelona en las inundaciones de 1962. Siempre recordaré la desolación, pero también las canciones en el camión, nuestras camisas azules embarradas y el servicio que tan desprendidamente prestamos».
Mariscal reafirma la vigencia del ideario de la OJE:
━«Creo que el contenido de la Promesa continúa siendo muy válido. Las afirmaciones que contiene son intemporales y clásicas dentro de la mejor tradición de nuestro humanismo cristiano, y contrario al actual posicionamiento postmoderno».