Luis Fernando de la Sota: "Educación y respeto son señas destacadas de nuestra identidad"
Publicado en el número 14 de 'Somos', Verano de 2019.
Editado por la asociación cultural Avance Social.
Ver portada de Somos en La Razón de la Proa.
También en el número 138 de 'Cuadernos de Encuentro', Otoño de 2019.
Editado por el Club de Opinión Encuentros.
Ver portada de Cuadernos de Encuentro en La Razón de la Proa.
El periodista Javier Villamor entrevista para Somos a Luis Fernando de la Sota Salazar, presidente del Club de Opinión Encuentros.
Dar testimonio, denunciar errores y proponer soluciones.
El Club de Opinión Encuentros cumple 40 años. ¿Cómo definiría esta Asociación?
En la intervención que tuve tras la comida aniversario del pasado Abril, la definí como el esfuerzo de un grupo de españoles preocupados por los problemas de España con dos objetivos fundamentales: El de proporcionar un espacio político donde se pudieran debatir ideas, opiniones y proyectos diferentes e incluso antagónicos con rigor y respeto mutuo, y la defensa de unos valores que consideramos irrenunciables.
Son muchos años de debate de un altísimo nivel intelectual. ¿Qué ha cambiado en este tiempo en España desde su perspectiva?
Precisamente esa predisposición al entendimiento. En los años setenta del siglo pasado, los españoles por miedo a una nueva confrontación civil, apoyaron masivamente acuerdos que parecían imposibles, en pro de una concordia que cerraran definitivamente las heridas todavía abiertas. Hoy, se han reabierto de una forma irresponsable, y los egoísmos, y los deseos cainitas de odio y de revancha, amenazan con destruir lo que con tanto esfuerzo, generosidad y sacrificio construimos generaciones enteras de españoles.
Puede decirse que los temas que tratan son, a día de hoy «políticamente incorrectos». ¿Es necesario este aproximamiento para conseguir atisbar la verdad?
F.S. Los temas en sí mismo no son incorrectos, en todo caso, sí las formas de tratarlos y sus conclusiones. Pero efectivamente, reconozco que las ideas y propuestas de nuestro Club, suelen ir a contrapelo de lo que corre actualmente por nuestra sociedad. En cuanto a lo de «la Verdad», es un concepto muy controvertido y difícil de definir, que llevamos siglos debatiendo. Yo me quedo con el verso del poeta: «Tu verdad no, la VERDAD, y vamos juntos a buscarla, la tuya, guárdatela».
J.V. ¿Qué personajes destacaría entre los cientos que han ido pasando por sus tertulias? ¿Por qué?
F.S. Sería muy difícil, e incluso incorrecto, destacar a unos sobre otros. Lo que sí puedo afirmar, es que todos fueron escogidos por su alta cualificación, cada uno en su respectiva materia. De sus intervenciones y coloquios posteriores, siempre hemos aprendido muchas cosas, que han ido enriqueciendo nuestra información y nuestro conocimiento.
J.V. Algo que aprecié de su Club, tanto como participante como de asistente, es el respeto y la educación con la que se expresan. ¿Cuáles son las cualidades que destacaría de su Asociación?
F.S. Esa educación y ese respeto, han sido una de las señas, más destacadas de nuestra identidad. Un estilo, que por desgracia no suele ser habitual, de confrontar ideas diferentes, serio y riguroso, pero al mismo tiempo familiar y cercano, e incluso a veces, tratadas con gran sentido del humor, y que ha sorprendido a nuestros invitados, lo que ha permitido el que por nuestras mesas de debate como ponentes, y en nuestra revista Cuadernos de Encuentro como colaboradores, no hayan tenido inconveniente en intervenir o participar y sentirse cómodos, personas muy destacadas en lo profesional y en lo político, incluso, como decía antes, aunque sus posiciones políticas fueran distintas o diametralmente opuestas a las nuestras.
J.V. ¿Son necesarios más Club como este? ¿Necesita España una refundación moral e intelectual para poderse encontrar a sí misma y salir de este atolladero en el que nos encontramos como nación?
F.S. Creo que sí, porque en estos momentos tanto los partidos por su propia estructura, como los medios de comunicación y otros centros de poder, casi todos viciados por compromisos e intereses espurios y partidistas, ni están en condiciones, ni están dispuestos, a ofrecer a la sociedad mensajes limpios y verídicos de cultura en general, ni de moral nacional y patriotismo, ni de valores morales o religiosos, ni por supuesto, de transmitir un relato real y objetivo de nuestra Historia, tanto antigua como reciente. La batalla de la cultura, está abandonada prácticamente por la derecha, y en manos de una izquierda cerril y revanchista, que si no se combate a tiempo a través de asociaciones y fundaciones, libres e independientes en lo económico y en lo político, que como la nuestra, sean no solo capaces de mirar al futuro sin renunciar al pasado, sino también de aportar su testimonio, sobre una Historia reciente que muchos de nosotros hemos vivido y en muchas ocasiones protagonizado, se puede perder irremediablemente.
J.V. ¿Cómo ve actualmente la situación política de España desde los ojos de la experiencia?
F.S. Yo diferenciaría entre la situación política coyuntural de este momento, con sus resultados electorales y ese juego escandaloso de pactos antinatura, solo para conservar intereses de partido o incluso personales, no cabe duda que es mala y difícil, y que nos augura un camino oscuro que se adivina largo, Pero precisamente, y aunque no sea más que por esa experiencia de haber contemplado a lo largo de mi vida, otras situaciones, bastante peores y más complicadas, considero que en lo político vendrán tiempos mejores. Pero considero más preocupante el estado de nuestra sociedad, y especialmente en sus sectores más juveniles. Lo mismo que años de bombardeo constante en escuelas y en medios de comunicación en Cataluña y el País Vasco, los separatistas han conseguido hacer florecer generaciones enteras de enemigos de España, esos partidos y esos medios a los que antes me refería, también han ido conformando una sociedad en la que vale todo, y a ser posible con el mínimo esfuerzo, con tal de alcanzar dinero, posi- OTOÑO 2019 9 ción o poder. Y ha ido perdiendo valores fundamentales de comportamiento moral y cívico, patriotismo y convivencia que serán difíciles de recuperar.
J.V. ¿Qué cree necesario cambiar? ¿Y qué no?
F.S. Es una pegunta difícil de contestar dentro de una razonable extensión de esta encuesta. Resumiendo mucho, yo estoy seguro de que como solución a muchos de nuestros problemas, no haría falta cambiar demasiado, sino simplemente cumplir y hacer cumplir escrupulosamente, a todos los niveles, las leyes que tenemos. Y como temas puntuales, derogar la mal llamada Ley de Memoria Histórica que no ha servido nada más que para enfrentar de nuevo a los españoles y reabrir viejas heridas casi cerradas como decía al principio. Reformar la Ley Electoral, que produce monstruos escasamente democráticos, y establecer normas de obligado cumplimiento que dignifiquen nuestra vida política y nos prestigien como país. Me refiero al respeto a los símbolos, a las Instituciones y a aquellos que en cada momento las representen, sin perjuicio del responsable ejercicio de la libertad de opinión y de expresión.
J.V. Avance Social entronca con Vds. en la proposición de debates libres y lejos de la sintonía generalmente aceptada. ¿Cómo valora que la sociedad civil se empiece a movilizar a espaldas de la tradicional dependencia del Estado?
F.S. En otro punto de esta encuesta ya doy mi opinión sobre esa necesidad. Y nosotros, al igual que como Avance Social y algunas otras organizaciones, están en esa línea, pero tenemos que ser conscientes de dos cosas: La primera es que tenemos que tener la humildad de reconocer que por nuestra propia naturaleza, por falta de medios económicos, independencia política y dificultad para aparecer en los medios, nuestra capacidad de influencia en la sociedad –en la política no ha entrado nunca en nuestros supuestos– es escasa. Y la segunda, por el contrario, de que a pesar de todo ello, nuestros grupos, debemos seguir trabajando cada uno en su parcela, para seguir dando testimonio, denunciando errores, corruptelas y desviaciones, proponiendo soluciones viables, y sobre todo, defendiendo esos valores fundamentales a los que aludía al principio sin nombrarlos, sin duda coincidentes en buena medida, como la trascendencia de la persona, la unidad de España, la defensa de la vida desde su concepción y la irrenunciable lucha por una vida digna y suficiente en lo económico y en lo cultural para todos los españoles. Y en este sentido de reafirmar esa lucha, firme, tenaz, sin necesidad de violencias ni revoluciones civiles, con mensajes serios y rigurosos, que vayan calando poco a poco y ganando adeptos, me vienen a la memoria aquellos Clubes favianos ingleses, que fueron la semilla del socialismo en la Gran Bretaña, y que más tarde germinó en el poderoso partido laborista.