Editorial. Trocha nº 201. Marzo de 2019
De los clásicos a nosotros
25 de abril de 2019 (18:50 h.)
Apriessa cantan los gallos e quieren crebar albores…, dice nuestro Cantar del Mío Cid; las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora…, escribía Lorca ocho siglos más tarde.
Lo importante no es limitarse a existir, sino 'navegar', esto es 'servir'; y tenemos en nuestra memoria suficientes referentes y ejemplos de conducta, de buen hacer, de 'estilo'…
El exterior, el contorno, aparece hoy lleno de incógnitas, y ahí debemos estar atentos. Pero vamos a fijarnos en el interior de cada uno de nosotros, que es donde podemos llegar a influir más y mejor: ¿somos capaces de respirar albores y primaveras aunque el panorama sea grisáceo? Dicho de otro modo: ¿llevamos la primavera y el amanecer en nuestros corazones y en nuestras mentes o nos hemos contagiado de lo que nos rodea? En ese contagio está el quid del problema…
Los medios acostumbran a bombardearnos constantemente con noticias inquietantes y negativas, cuando no sórdidas; abrir las páginas de un periódico o atender a la cabecera de un telediario puede resultarnos descorazonador, pero, en buena lógica, no podemos permitirnos el lujo de estar ausentes del mundo y del tiempo que nos ha tocado vivir.
Lo importante es que ese aluvión de contrariedades exteriores no pase la barrera de nuestra vocación de gallos de marzo y de vocacionales de las auroras, que todo lo externo quede tamizado por el talante especial que todos tenemos ⎼acaso aletargado⎼ y que nos habla al oído de la conciencia de la certeza de nuestros valores; porque, por mucho que nos digan, Dios existe y está ahí; España es una apasionante tarea histórica, como ya lo fue para nuestros mayores y lo será para nuestros descendientes; el ser humano está dotado de una libertad esencial y llamado a transitar por caminos de justicia; lo importante no es limitarse a existir, sino navegar, esto es servir; y tenemos en nuestra memoria suficientes referentes y ejemplos de conducta, de buen hacer, de estilo…
En esos valores residen las primaveras y los amaneceres, esos que anuncian los gallos, y vivir siendo fieles a ese Ideario es razón más que suficiente para ir por estos barrios sin complejos, con la cabeza muy alta y la mirada puesta en esperanzadores objetivos. Siempre habrá gallos que busquen auroras y lancen sus cantos para despertar a un pueblo dormido…