Marca mi paso mi afán de caminar.
El 'afán de caminar' de cada uno, la fuerza o el impulso que nace de dentro de cada uno, es el que me señala la regularidad del paso, la frecuencia y el ritmo...
Publicado en el núm. 223 de Trocha, de marzo de 2021. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en LRP. Para recibir actualizaciones de Trocha.
Marca mi paso mi afán de caminar
Seguro que (como pasa tantas veces) no hemos parado nuestra atención en este verso de una de las canciones más celebradas en nuestra época juvenil… El afán de caminar de cada uno, la fuerza o el impulso que nace de dentro de cada uno, es el que me señala la regularidad del paso, la frecuencia y el ritmo; el tambor o la voz de mando pueden ser acicates externos, pero, cuando los redobles enmudecen o la voz se calla, si no existe ese afán interior, desaparecen la regularidad, la frecuencia y el ritmo; en ese momento, somos incapaces de iniciar la marcha o, si lo hacemos, no atinamos a igualar el paso con el del camarada.
Lo mismo ocurre en todas las situaciones de la vida; por ejemplo, en estos tiempos extraños que nos han tocado vivir: si no sentimos un impulso interior, y si han faltado los estímulos exteriores, tenderemos inexorablemente a adormecernos, a amuermarnos, hasta el punto de no atinar a la hora de caminar.
Dentro de las inexorables limitaciones sociales y sanitarias, hemos continuado con nuestras actividades; por ejemplo, hemos convocado y realizado dos sencillas marchas montañeras… pero con asistencia algo menguada; realizamos una experiencia de charla virtual (gracias, camarada Olivio), en la que sí alcanzamos cierto quórum, aunque no el deseado; tampoco han faltado los mensajes de correo electrónico, con artículos de interés, y nuestras páginas digitales y nuestra prensa no han de dejado de difundirse. No hay, por tanto, lugar para la abulia ni para el desencanto.
Este mes de marzo estrenaremos primavera (estacional, es cierto; ¡qué más quisiéramos que la vida política de España saliera de este brumoso invierno!); ¿no es buena ocasión para sentir la llamada interior del afán de caminar en todos los sentidos? Los veteranos ya hemos pasado largas fechas de inviernos; a veces, han resonado en nosotros aquellos versos del Envío: En tu propio solar quedaste fuera…; pero nunca hemos dejado de acabar la canción, que culmina con un ¡arriba, siempre arriba! Ni los ambientes enrarecidos ni las neblinas exteriores deben imperar sobre nuestras ilusiones; ningún condicionamiento puede hacer mella en nosotros, que tenemos prohibido el desaliento.
Seguro que volveremos a calzarnos las botas y a cargar con el macuto; seguro que volveremos a debatir en reuniones y foros; seguro que volveremos a abrazarnos en franca camaradería. Eso serán síntomas de que la situación ha cambiado y que hemos interiorizado las primaveras. De momento, que nuestro incentivo sea ese afán de caminar.