"Si la nieve no te deja andar..."
Ya sabemos que, aunque la nieve no te deje andar, no hay que desesperar jamás... Traduzcamos nieve, por ejemplo, por pandemia del Covid-19, y por las constantes y contradictorias instrucciones que han ido llegando sin interrupción desde hace seis meses; o por el miedo al miedo creado en la sociedad.
Publicado en el núm. 217 de 'Trocha', de Septiembre de 2020.
Editado por Veteranos OJE - Cataluña.
Ver portada de Trocha en La Razón de la Proa.
"Si la nieve no te deja andar..."
Traduzcamos nieve, por ejemplo, por pandemia del Covid-19, y por las constantes y contradictorias instrucciones que han ido llegando sin interrupción desde hace seis meses; o por el miedo al miedo creado en la sociedad. Y, en nuestro ámbito concreto, por el de un verano sin campamentos, albergues, risas juveniles y canciones, en el que cada uno ha improvisado su propia actividad, cumpliendo –eso sí– todas las prevenciones sanitarias.
Pero este paréntesis tan molesto no ha encerrado para nosotros ningún sentido de derrotismo; ni tampoco una laxitud en los lazos de camaradería, que se han suplido a través de las redes, al igual que esa formación permanente que constituye una constante desde que abrimos con ilusión las primeras hojas de aquella "cartilla de actividades" que figura hoy en nuestros particulares museos y bibliotecas.
Ponemos nuestra esperanza en que todo volverá a su cauce y superaremos este bache colectivo, insólito en la vida. Las dificultades y los contratiempos no son barreras, sino acicates para volver a intentar lo emprendido. A lo largo de una marcha de montaña pueden surgir muchas adversidades que nos impiden la consecución de una cima o de un recorrido, ya lo sabemos por experiencia. Pero las montañas y los senderos siguen ahí, y muchas veces hemos vuelto a ellos, y con éxito.
Así, seguro que retomaremos nuestros planes de actividad, seguiremos reuniéndonos con la alegría de siempre y, cuando lleguen los veranos, de nuevo izaremos banderas en nuestros albergues o campamentos al aire libre, un aire libre no viciado por ningún tipo de virus. Ya sabemos que, aunque la nieve no te deje andar, no hay que desesperar jamás.