Ver el ejemplo...
El estilo es reflejo de un modo de ser que se aplica, de forma consciente o inconsciente, en cada hecho y en cada palabra.
Texto publicado en el boletín nº 202 de Trocha, de Abril de 2019
Pero ¿quién ha dicho que la 'heroicidad del ejemplo' quede reservada a la épica de la historia? ¿No es el día a día, en la relación personal y cercana, donde mejor se pueden apreciar nuestros 'rasgos de estilo'.
Porque resulta que los seres humanos somos dados en advertir y señalar los defectos del prójimo, y más si lo tenemos a nuestro lado; es evidente que todos adolecemos de imperfecciones y carencias, que se hacen más evidentes si las vemos de cerca en el camarada. Nos ha influido también la dinámica de una sociedad nihilista que nos empuja a ver lo que nos rodea con gafas oscuras, para que prive lo negativo.
Por el contrario, a poco que nos despojemos de esas gafas, comprobaremos que, junto a los defectos y fallos, cada camarada y cada hombre posee unas cualidades y, al ponerlas en práctica, nos propone constantes y excelentes ejemplos en su diaria actividad. Habrá, así, quien nos deleite con su sentido del humor, quien nos ilustre con sus conocimientos en ciertos aspectos, quien tenga el prurito de estar al día de la actualidad, quien nos haga el servicio de organizar una actividad y actuar de capitán de la nave en cada singladura, quien nos solucione un aparentemente intrincado problema técnico, quien aporte su generosidad en medios materiales, quien nos ofrezca su trabajo humilde y callado, quien se adelante a realizar una tarea incómoda…
Se dirá que estamos hablando de lo pequeño y lo nimio, de casos concretos y vulgares… Pero ¿quién ha dicho que la heroicidad del ejemplo quede reservada a la épica de la historia? ¿No es el día a día, en la relación personal y cercana, donde mejor se pueden apreciar nuestros rasgos de estilo. Recodemos que, en palabras de Goethe, repetidas por José Antonio, ese estilo es reflejo de un modo de ser que se aplica, de forma consciente o inconsciente, en cada hecho y en cada palabra.
Pero no nos quedemos en advertir ni en admirar el ejemplo del camarada; como dice la canción, este será digno de imitar; de esta manera, este ejemplo será un acicate para mejorarnos nosotros mismos, a modo de esa formación permanente de la personalidad que perdura a lo largo de la existencia de cada uno de nosotros.