Un campamento en la plaza de Cataluña
En Barcelona se celebró el primer campamento de demostración durante los días 10 y 11 de junio de 1944, en plena plaza de Cataluña, contando con la participación de 60 flechas acampados y sus respectivos mandos juveniles.
Un campamento en la plaza de Cataluña
Recuerdo que recién nacida la OJE, a principios de los años sesenta, algunos delegados de Juventudes de pequeñas poblaciones o de distritos de la ciudad de Barcelona tuvieron la iniciativa de organizar pequeños campamentos de demostración en algunas plazas o parques públicos. Consistía la muestra en el montaje de unas cuantas tiendas de campaña, algunos elementos decorativos, el preceptivo mástil con sus banderas y, lo básico y principal, un buen grupo de acampados, de completo uniforme, realizando actividades formativas y divertidas.
Con ello se pretendía dar a conocer una de las principales actividades de la Organización Juvenil Española; llevar la actividad a la calle era, evidentemente, una buena forma de promocionarla, de intentar la necesaria captación de nuevos afiliados. Siempre me pareció una buena fórmula acercar la acción y la vida de la OJE al mundo real.
Pero lo que no sabíamos –por lo menos quien suscribe– es que esa iniciativa ya contaba con muchos años de veteranía. En efecto, en Barcelona se celebró el primer campamento de demostración durante los días 10 y 11 de junio de 1944, en plena plaza de Cataluña, contando con la participación de 60 flechas acampados y sus respectivos mandos juveniles, con el objeto de mostrar al público cómo se vivía y se organizaba la vida en los campamentos de verano. En esa ocasión, se realizaron todas las actividades propias de un campamento de la época: deportes, canciones, juegos, culturales… y, por supuesto, los actos solemnes de izar y arriar banderas, sin olvidar el fuego de campamento y el homenaje a los caídos. Disponía, para todo ello, de un amplio espacio acotado en la céntrica plaza, sus tiendas de campaña, biblioteca, sanidad, intendencia, el correspondiente comedor y, ¿cómo no?, la necesaria cocina de fortuna perfectamente equipada.
Como toda acción de estas características, la celebración de esa especial e importante actividad respondía a unos determinados objetivos, entre los cuales, por supuesto, el de la propaganda estaba incluido. Darse a conocer de una forma directa a la ciudadanía era un buen sistema y si, además, se permitía que algunos niños del público participaran, pues mejor. Sin embargo, en esta ocasión, la finalidad concreta del montaje era precisamente la de participar en una operación mucho más importante y de mayor complejidad. Se trataba de colaborar en la Postulación anual del Frente de Juventudes que, en aquellos años 40, era una importante fuente de recursos económicos para el normal desarrollo de la Organización y mostrar a los barceloneses el funcionamiento de uno de los principales sistemas formativos utilizados: el campamento.
Dentro de la programación de actos de aquella demostración figuraban, ofrecidos al público visitante, los siguientes: cantos regionales, a cargo de los flechas acampados, y, la noche del domingo, una audición de sardanas a cargo de las coblas La Principal de Badalona y Albert Martí.
El marco general: al fondo se observa el edificio de la Telefónica, pero, con la fisonomía que tuvo hasta el año 1949; a partir de esa fecha fue reformado y ampliado, quedando tal cual como hoy lo podemos ver.
- Se pueden observar las tiendas de campaña de escuadra, blancas, en ambos lados de la fotografía.
- El mástil con las banderas está situado en el centro de la plaza, frente al citado edificio de la Telefónica.
- El piso de la plaza es de tierra compactada; por eso se pudieron plantar las tiendas de campaña clavando sus piquetas.
Primer plano: se ven claramente las instalaciones y elementos de la cocina, pieza clave para el éxito de cualquier campamento. Se trata de una cocina llamada de fortuna, es decir, improvisada, con leña como combustible, y siempre al albur de que la lluvia no cree problemas.
- Para que todo funcione como es debido tenemos a un cocinero, dos pinches, cuatro acampados de servicio y, por supuesto, los consabidos mirones que, en definitiva, son los destinatarios de todo el montaje.
- Los utensilios y menaje propio de la época: la paellera gigante y la sartén con sus correspondientes trébedes, y la escurridera de aceite, medio escondida en la parte inferior derecha de la foto.
- La mesa de cocina corresponde al modelo de comedor, que tenía la propiedad de sus patas abatibles, cómoda de transportar y fácil de almacenar. Este modelo de mesa de campamentos se estuvo utilizando hasta bien entrados los años 90 del siglo pasado en muchas instalaciones campamentales.