FES, la cara rebelde de la Falange (1963-1977)

FES, la cara rebelde de la Falange (1963-1977)

Autores: Francisco Blanco Moral y José Lorenzo García Fernández.
Editorial: FIDES EDICIONES. 2022.
Edición actualizada y renovada (primera edición, enero de 2008).

Mi camarada Francisco Blanco, muy valiente, que siempre trata de abordar temas controvertidos y está dotado de una pluma ágil y muchas veces vitriólica, historió, quizás con algunas reticencias de profesores de la UNED, una memoria de licenciatura sobre una organización clandestina de jóvenes universitarios joseantonianos, que tuvo gran actividad de oposición en los últimos años del franquismo: el Frente de de Estudiantes Sindicalistas (FES). Algunos de sus miembros procedían de organizaciones del Movimiento, pero las abandonaron cuando se dieron cuenta de que la doctrina joseantoniana era sólo una tapadera para encubrir un régimen personal que ya no tenía casi nada que ver con los postulados revolucionarios originales que provocaron, en principio, la adhesión de la Falange de José Antonio, al alzamiento militar de 1936.

Esta investigación en profundidad, vio primeramente la luz en una serie de artículos publicados a principios de éste siglo XXI en una antigua web azul (www.rastroria.net). Mi modesta colaboración se limitó a recopilar fotografías y documentación de mis antiguos archivos. También a recurrir a mi memoria de personajes, fechas y vivencias.

La estructura científica de este trabajo aborda los fundamentos de aquella organización. Su estructura orgánica. Sus enfrentamientos, generalmente dialécticos aunque no siempre, con la "oposición democrática" y con los defensores de la ultraderecha franquista. Sus publicaciones, conferencias, hojas, panfletos y manifiestos aquí recogidos de forma exhaustiva, ponen de manifiesto su actitudes combativas ante casi todos los temas candentes de aquellos años: monarquía, Franco y el 18 de julio, el SEU, los problemas de la Universidad, el referéndum, los grupos comunistas, el 14 de abril, la banca, el sindicalismo, ética y estilo, el aborto, la Iglesia... Sus luchas internas y debates con otros grupos "afines" de dentro y fuera del Movimiento. La búsqueda, que resultó siempre imposible de la tan cacareada unidad de los falangistas. Fue una lucha desigual, sin medios económicos, sin apenas coberturas mediáticas y logísticas. Sólo algunos camaradas incrustados en los aledaños de la burocracia del poder nos dejaron algún local para reunirnos, un colegio mayor y alguna mínima ayuda económica. Las cafeterías madrileñas de Argüelles y de Bilbao fueron generalmente nuestro cobijo para las reuniones clandestinas. Casi siempre fuera, la Casa de Campo madrileña, las marchas por la sierra, el monte Abantos de El Escorial y sitios parecidos eran nuestro sitio de reunión para hablar de la estrategia y la logística de la organización. Para los encaramados en el poder sólo éramos "románticos demenciales". Otros, futuros hombres claves de la posterior Transición, ya nos aconsejaban a finales de los años 60 cambiar, actualizar, superar...

Por este libro desfilan nombres de personas que pasaron por el FES y que luego algunos fueron figuras políticas y mediáticas: Aznar, JFK (el "innombrable", y que aporta sus sinceras vivencias), otros que luego se convirtieron en directores generales del PSOE, magistrados, abogados, profesores, catedráticos, médicos prestigiosos, economistas, profesionales, expertos en comunicación, arquitectos, empresarios, periodistas,... Otros muchos, sin embargo, entregaron todo su tiempo y "dedicación revolucionaria" al FES, y por ello algunos tuvieron que malograr sus carreras. La mayoría trabajó anónimamente con la satisfacción interior del deber cumplido. Desgraciadamente, mas de la mitad de aquella primera línea ya no está con nosotros. Este libro quizás pudiera ser un postrero y muy reconocido homenaje a su gran labor. El conocido y prestigioso historiador García de Cortázar, recientemente fallecido, dedicó un texto de reconocimiento al FES Falangistas incómodos. Creo que sus palabras sinceras sobre los miembros de esta organización, donde nunca militó, son una prueba evidente de que en aquel grupo de jóvenes se alentaba un clima espiritual y moral, unos ideales, un proyecto sugestivo de transformación y cambio del carácter, y de la forma de ser de los españoles. En esencia, una nueva política. Todavía está virgen, pendiente. Luchamos y perdimos (parafraseando a otro protagonista de la historia). Quizás dentro de algunos años otros volverán a alzar esa misma o parecida bandera.

Si. Mereció la pena.