Memoria Azul | Semblanzas

Manuel Choperena.

El 6 de marzo los socialistas atentaron brutalmente contra los obreros falangistas que trabajaban en la vieja plaza de toros de Madrid, el resultado fue fatal, dos muertos, José Urra y Ramón Faisán (Johnson), y dos heridos gravísimos que afortunadamente no fallecieron, Manuel Choperena y Juan Víctor Camba.


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Manuel Choperena, superviviente del mayor atentado socialista contra la Falange (1936).


Manuel Choperena, donostiarra y de profesión empleado de carnicería, se afilió a la Falange desde casi el momento de su fundación junto con su amigo Adrián Irusta (del que ya hablamos hace poco tiempo), integrándose de inmediato en los "grupos de acción falangistas" (el antecedente a la Primera Línea).

Manuel es detenido junto con otros camaradas vascos imputándole el asesinato del exdirector general de Seguridad, Andrés Casaus, personaje este enemigo frontal de la Falange, que fue ajusticiado como represalia por el asesinato de Manuel Carrión, el 9 de septiembre de 1934 (era el jefe de la Milicia falangista en San Sebastián), Choperena fue puesto en libertad ante la falta de pruebas de su participación en la acción vindicatoria.

Al igual que su amigo y camarada Irusta, tiene que abandonar las Vascongadas, pues los marxistas han puesto precio a sus cabezas, y previo un periodo de tiempo que pasó por Navarra, acabó trasladándose a Madrid.

Desde su llegada a Madrid se integra plenamente en la Primera Línea y el 6 de marzo de 1936, días después de que el Frente Popular "ganara" las elecciones, Choperena se encontraba a última hora de la tarde en la vieja plaza de toros de Madrid, posiblemente como protección a un grupo de falangistas obreros de la CONS que habían sido contratados para la demolición del viejo coso taurino.

Cuando estos, después de terminar su trabajo, salían por la puerta de caballos de la plaza, desde un taxi, que previamente habían secuestrado, varios socialistas disparan con pistolas ametralladoras al grupo de obreros falangistas.

El diluvio de balas que reciben los falangistas hace que tres de ellos caigan y se desangren en el suelo, cuando llegan a socorrerles los falangistas que no habían sido alcanzados, encuentran ya casi muerto a Ramón Faisán, al que todos le llamaban cariñosamente Johnson, falangista de raza negra y de origen cubano que había servido en la Legión española y al que le faltaba un brazo por ser mutilado de la guerra de Marruecos (cinco veces herido), en su cuerpo impactan tres disparos en la cabeza y otro en la mano izquierda.

Al lado de Johnson encuentran gravemente herido a Juan Víctor Camba, obrero de 36 años que vivía en el mismo domicilio que Johnson en la calle de la Luna nº 5; tiene tres heridas de bala, una de ellas en el brazo derecho que obligara luego al médico a amputarle el mismo.

Tendido junto a ellos encuentran a Manuel Choperena, su cuerpo ha sido atravesado por cuatro balazos, uno en el vientre, otro en el pecho, uno mas en el brazo izquierdo y el último en la pierna derecha, su estado es gravísimo.

Los tres son trasladados a la casa de socorro más cercana, sita en la Fuente del Berro, por sus camaradas ilesos, en el trayecto, otro grupo de socialistas les atacan con intención de lincharlos, afortunadamente aparece una nueva escuadra de protección de Falange que los defiende de la agresión.

Ramón Faisán fallece a los pocos minutos de ingresar en la casa de socorro, Choperena y Camba, aunque se encuentran gravísimos, sacan fuerzas para declarar ante el juez de guardia, en ese momento se recibe una llamada de la plaza de toros, en la que indican al juez que han encontrado otro cadáver semiescondido en una alcantarilla, se trata de otro falangista, el obrero José Urra Goñi, tiene dos impactos de bala en la cabeza y otros dos en el pecho, es identificado como falangista pues la policía encuentra en su ropa un carnet de la CONS.

El Frente Popular, después de ganar las elecciones, había declarado abiertamente la guerra a la Falange, poco tiempo después ilegalizarían la misma y detendrían a José Antonio y a casi todos los mandos nacionales.

A los socialistas lo que menos les gustaba eran los obreros falangistas. Este atentado contra los obreros de la CONS, fue contestado de inmediato por la milicia falangista, ya hacía bastante tiempo que la Falange cobraba sangre con sangre.

En abril, un mes después del atentado, Choperena mandaba una carta a los hermanos Iturrino de San Sebastián, en la que les decía que ya se encontraba totalmente curado y listo para seguir defendiendo a la Falange.

A Manuel Choperena desde entonces se le pierde la pista, no hemos encontrado ninguna referencia suya posterior, pero presumimos que siguió unido a la Falange hasta el final de sus días, y en todo caso, hoy le recordamos con un emocionado ¡Presente!


Foto inédita de Manuel Choperena con su inconfundible boina, del archivo de los Guardianes de la Memoria Azul.