Nuestra memoria

Veinticinco camaradas

Los objetivos de esas reuniones en fechas tan significativas, eran esencialmente una labor de confraternización y camaradería. Un inyección de moral joseantoniana.


​​Publicado en la revista Gaceta de la Fundación José Antonio, núm. 368 (MAY/2023). Ver portada de Gaceta FJA en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín de LRP.​

Veinticinco camaradas


A finales de los años sesenta un puñado de jóvenes inquietos, dirigidos por otros cuatro algo más veteranos, se agrupaban y reunían para, tratando de seguir la doctrina de José Antonio, trasformar España. Cada uno de ellos aportaba lo que mejor tenía o sabía hacer. Unos lo intentaban en el mundo sindical del trabajo (con escaso éxito, ya que casi todo ese mundillo estaba copado y dirigido por las organizaciones comunistas). Otros pescaban en ambientes de organizaciones juveniles (Boy scouts, OJE, parroquias…) Pero dónde más éxito y repercusión tuvieron fue en las universidades, fundamentalmente en la Complutense de Madrid. Aunque también hubo actividades en Barcelona, Salamanca, Oviedo y Vascongadas.

A veces su actividad se limitaba a conmemorar las fechas emblemáticas del santoral falangista: asesinato de Matías Montero, fundación de Falange, asesinato de José Antonio en Alicante... Actos todos ellos realizados al margen de la Secretaria del Movimiento Nacional, con el fin de poner en evidencia las contradicciones del régimen de Franco. Por supuesto también se promovían manifestaciones con lanzamiento de panfletos en las asambleas de facultades y en lugares estratégicos de Madrid: Gran Vía, a las salidas multitudinarias de los cines... En las facultades universitarias y escuelas técnicos se combatía dialécticamente en las asambleas, donde también se arrojaban multitud de panfletos acerca de todos los temas candentes. Colocaban carteles para defender valientemente sus ideas joseantonianas (a veces incluso con peligro físico por los ataques de sus adversarios). Criticaban las deficiencias de las estructuras académicas y políticas en debates y conferencias multitudinarias. Por supuesto se participaba en las elecciones de delegados de curso con éxito, aunque la marea roja con todas sus terminales de siglas (FELIPE, PC, FUDE..) logró siempre controlar y dirigir el famoso SDEUM, que era un instrumento de agitación política de extrema izquierda.

Los integrantes de esa organización clandestina: Frente de Estudiantes Sindicalistas (FES), junto con los integrantes de las Juventudes Falangistas (JF) y del Frente Nacional de Trabajadores (FNT), que en conjunto se denominaban entre ellos como “Tinglado”, tenían un grupo de “primera línea“, los más comprometidos ideológicamente, y se reunieron durante varios años en Semana Santa y Navidades en un viejo albergue del SEU ya en desuso, que generosamente cedía Ignacio García, comisario del ya por entonces burocratizado e inoperante sindicato universitario desmantelado. Ignacio García sería, curiosamente, el último secretario general del Movimiento que, tras la reforma política de Adolfo Suárez, echaría el cierre a su Ministerio (anteriormente FET) en abril de 1977.

Los objetivos de esas reuniones en fechas tan significativas, eran esencialmente una labor de confraternización y camaradería. Un inyección de moral joseantoniana. Y también, por supuesto, una rendición de cuentas de los responsables y de intercambio de informaciones. Estilo, disciplina y reflexión profunda, casi eran, salvando las distancias, como aquellos famosos ejercicios espirituales de san Ignacio que algunos habíamos realizado en escuelas e institutos durante nuestra formación de adolescentes. Años anteriores (1966-67), estas reuniones se celebraron al aire libre, en los aledaños de los muros del monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, también en en Semana Santa.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, en la foto que acompaña éste pequeño relato estamos 25 camaradas con camisa azul delante de la fachada del albergue del SEU conocido como La casa de los perros. Que face a los hombres y los desface, decía el lema en un pequeño ladrillo decorado que se adivina en el centro de la foto detrás de la cabeza de Garijo.

Que yo sepa, de los que estamos en esa foto, tomada por Mariano, nos han dejado ya ocho. Quizás también algún otro que no he logrado localizar. Hace unos días, tristemente, nos dejó también Fernando García Sánchez. Fue responsable del FES en los difíciles y conflictivos años sesenta. También estuvo algún curso en la Universidad de Barcelona, destinado por el mando, tratando de poner cierto orden en la organización de allí. Juan Fernández Krohn (en la foto, arriba el noveno por la izquierda) lo definiría perfectamente Fernando García (en la foto, arriba el sexto por izquierda): era alto, enjuto, voz y ademanes de mando, muy valiente en la batalla de los carteles (curso 1968-69) cuando fui objeto de linchamiento por el rogerío vociferante de nuestra Facultad de Económicas de la Complutense, y que, por cierto, quedaron muy impresionado por la disciplina y capacidad de organización del FES. Fernando, fue mi hermano mayor.

Camarada Fernando García. ¡Presente! Descanse en paz.