Castilla olvidada.
Resulta vergonzoso para cualquier mínimo conocedor de la Historia de España que, con un afán diferenciador, la propia Constitución de 1978 tilde como de “nacionalidad histórica” tanto a Galicia, Cataluña y Vascongadas por el mero hecho de que sus estatutos de autonomía daten de la Segunda República y menosprecien de esa manera el concepto histórico.
Estos últimos días se han conmemorado varias fechas significativas. El día de San Jorge, en el que se celebra el Día de Aragón, y una fiesta muy hermosa en Cataluña como es el Día del Libro y de la Rosa. También recordamos a Cervantes que murió el día 22 de Abril y no como se cree que fue el día 23. Se consignó, como era costumbre el día de su entierro como el de su muerte. Podemos recordar también efemérides como la muerte de Manrique o el Día del Trabajo o el de la Independencia el 2 de Mayo.
Será debido a los acontecimientos y sucesos actuales referidos a otras autonomías que componen España y al comportamiento sedicioso de algunos líderes o al constante reclamo para sí de reconocimientos históricos, verdaderos algunos, maliciosamente interpretados otros e irrisorios por falsos e imposibles otros, que la comunidad que ofrece un rango más elevado de aportación a la unidad de España y tiene una importancia indudable en nuestra Historia común, sea la más olvidada, la más ninguneada por políticos iletrados y la más desconocida.
Y la prueba fehaciente la hemos tenido el mismo día que se celebraba el día de dicha Comunidad, cuando pocos medios de comunicación se hacían eco de tal efeméride y ponían sus objetivos en las rosas o los libros, san Jorge o Aragón, (que bien está), incluso la Revolución de los Claveles portuguesa, más que en Castilla y León.
Hay que destacar, cómo no hacerlo, la aportación a la Reconquista, El Cid y la unión política con el Reino de Aragón a través del matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Y, sin duda alguna, el hecho más importante de la Historia con trascendencia universal como fue el descubrimiento de América.
Resulta vergonzoso para cualquier mínimo conocedor de la Historia de España que, con un afán diferenciador, la propia Constitución de 1978 tilde como de “nacionalidad histórica” tanto a Galicia, Cataluña y Vascongadas por el mero hecho de que sus estatutos de autonomía daten de la Segunda República y menosprecien de esa manera el concepto histórico.
Sin entrar en inútiles valoraciones, pero si hablando de aportaciones históricas a una empresa común como es España, no es justo minimizar a Castilla, habiendo sido el origen y el porqué de la Nación española.
Pocos saben que fue una revuelta de la clase media y baja o que se rebelaron para defender derechos y privilegios frente a un mayor yugo flamenco que representaba el Rey Carlos, del que desconfiaban, y añadir que ya existían en Castilla, en pleno S XVI, estamentos y representación democrática y entre otras cosas se pretendía una monarquía parlamentaria.
Castilla y León es la región más olvidada de España y, a pesar de que lucha constantemente para que el gobierno central la dote de las infraestructuras necesarias para su desarrollo económico, las grandes inversiones se producen en otras regiones, quedándose en esta tierra migajas que no alcanzan a frenar el inexorable flujo migratorio produciendo el envejecimiento de la población y el abandono de los pueblos.
Bien es verdad que el paso de su gran Historia ha dejado un enorme patrimonio, que es el mayor de toda España y produce un interés turístico que alivia en cierta medida las economías locales. Cabe reseñar a título simplemente orientativo algunos de estos lugares que merecen una visita. El Castillo de Gormaz, la mayor fortaleza árabe que se recuerda, o el Castillo de Peñafiel, elegante y distinguido, la Basílica de San Isidoro de León, con sus cuatro estilos arquitectónicos, la Catedral de Burgos, que se acerca a celebrar su 500 aniversario y no puede faltar el Monasterio de Silos, donde después de ver su inigualable claustro románico parece que se oye cantar a los ángeles bajo el cielo castellano.
Para saber más: “Los Comuneros” de Joseph Pérez.
Mensaje de las Cortes de Castilla y León con motivo de la celebración del día de la Comunidad de 2020
El Canto de Esperanza, del poema de Los Comuneros de Luis López Álvarez, musicado por el Nuevo Mester de Juglaría, versión asumida por muchos castellanos como himno popular