Hoy sin Primavera (II)
Os deseo salud y esperanza, pero atención al vértigo optimista que va a suponer llegar a la cima del pico, andar por las alturas, y el que se produce al descender desde lo muy alto debido a la descompresión.
Hoy sin Primavera (II)
“Se puede engañar a todos una vez y a algunos todas las veces, pero nunca se puede engañar a todos siempre.”
Abraham Lincoln
El Gobierno sigue anunciando el reparto de mascarillas y test de detección rápida del Covid-19. Y esto no es un plagio caprichoso de nuestra primera entrega de Hoy sin primavera* en la que se detallaban algunos de los primeros y contumaces errores (de los que aquí no vamos a hacer referencia) cometidos por nuestro inepto Gobierno, referidos a esta crisis y respecto de sus obligaciones incumplidas y que básicamente consistían en adelantar el futuro al presente, a pesar del carril que China había ya despejado.
(*) Para los curiosos, dicha primera entrega al menos que yo sepa, se publicó en la revista digital La Razón de la Proa el día 26 de marzo pasado, y fue difundido por varias y honradas redes sociales de trinchera.
El día 1 de abril, doña María Jesús Montero (que sigue siendo ministra de Hacienda) dio la noticia de que España había terminado 2019, con un déficit del 2,6% de nuestro PIB, el doble de lo previsto inicialmente), y sin haber tenido pleno efecto –todavía– las medidas aprobadas de subida del salario mínimo interprofesional, la rebaja en las peonadas necesarias para apuntarse al paro agrícola, ni la seguridad social universal (que no es la sanidad universal), ni por supuesto el coronavirus.
Es lógico que con la deriva que se llevaba aparezca publicado y no desmentido, que dicha señora a mediados del mes de julio de 2019, pidió a las comunidades autónomas contención en el gasto sanitario.
Con fecha 30 de enero la OMS declaró la emergencia internacional. Al día siguiente el Ministerio de Sanidad emitió un informe, naturalmente asesorado por sus “expertos”, en el que aseguraba con toda soberbia que dicha declaración “no afecta a la evaluación de riesgo” del país. Los días 3 y 11 de febrero, la misma OMS avisó de la necesidad de adquirir material de forma urgente para hacer frente a una posible pandemia.
La UE reiteró dicho aviso el día 13 de febrero. Don Manuel Illa (que sigue siendo ministro de Sanidad), este mismo día declaró: “España tiene suficiente suministro de equipos personales de emergencia...”. España lo que tenía eran las arcas vacías, tanto de dinero como de previsiones.
El 24 de febrero doña Carmen Calvo, doña Ana Colau (que siguen en sus puestos todavía) junto con sus pesebreros, montaron un tinglado de prensa en Barcelona para mostrar su total desacuerdo por la suspensión del Mobile World Congress al no existir razones sanitarias para ello.
Podría ser interminable la cita documentada de malos ejemplos. Por eso, como se ven recordados en las hemerotecas, en las videotecas y hasta en los chistes populares, no paran de repetir que ahora no es el momento de hacer reproches. Yo, sin embargo, que soy rebelde por educación, creo que es mi deber simplemente dejar constancia de lo acontecido, que el reproche sale de suyo.
Por tanto, cuando los tancredos vieron que el toro se les venía encima y que no tenían ni un mal capote, lo único que supieron hacer es enviar a los correveidiles y monosabios –conste que también lo hizo el jefe de la cuadrilla– para que por turno nos fueran diciendo que las consecuencias no iban a ser graves, que todo estaba bajo control y otros “cuentos chinos” del mismo jaez, y no me quiero regodear en esta suerte porque el toro como es sabido salió mucho más bravo de lo avisado y el revolcón está siendo para tirar almohadillas.
Anunciaron “los expertos”, que el famoso pico se alcanzaría el domingo 29 de marzo, cuando las cifras eran de 78.797 infectados y 4.907 muertos, pero días después todavía nos dicen que no se puede asegurar que hayamos llegado a la cima.
A fecha de hoy, 3 de Abril, ya vamos por más de 117.710 infectados, superando a Italia, y 10.935 fallecidos. Esto es con cifras “oficiales” y por tanto sabedores todos de que por ello precisamente son automáticamente falsas. La verdad es mucho más triste y escandalosa.
Mientras don Alberto Garzón (que sigue siendo comunista y ministro de algo) se felicita por el descenso habido en el número de apuestas, va a llegar la Semana Santa, para todos una semana de verdadera pasión.
Supongo que al señor Illa (que dos o tres párrafos después sigue siendo ministro de Sanidad), ya que es filósofo, no le importará que aquí –o bien a la vuelta– lo abrume con cifras, pues ha de recordar que Platón decía en el frontispicio de su Academia, delante del templo de las Musas, “ageometretos meisito” que en román paladino viene a ser que “no entre el que no sepa geometría”, y es que los números también nos dicen mucho, e incluso llegan a cantar.
Un viejo aforismo, extraído del Derecho Penal establece que “La causa de la causa es la causa del mal causado”. Se basa en el principio de causalidad eficiente de Aristóteles y nuestro ordenamiento jurídico exige para la existencia de responsabilidad que se cumpla el requisito de causalidad entre la conducta, que se deriva de la acción o de la omisión y el resultado lesivo.
Es decir, que para el Derecho nada o casi nada ocurre por casualidad. Y por eso mismo, tengo la esperanza de que al final del descenso el pueblo llano, el pueblo héroe, el pueblo sacrificado, el pueblo doliente, el pueblo empobrecido, el pueblo español podrá exigir cuentas a los mendaces y a los traidores, a los que en gran medida han sido responsables con sus acciones y con sus omisiones de lo que nos está ocurriendo, y no vale desviar la culpa a otros, porque el BOE, el CNI o la llave del Banco de España la tiene el gobierno.
Me van a permitir un consejo de abogado veterano y de antemano pido perdón por la crudeza...
...Si por ejemplo, un profesor, un gobernante o un kamikaze (y se pueden dar los tres en la misma persona), nada más salir de su garaje conduciendo su vehículo se salta un semáforo en rojo con paso cebra, y por ello atropella y mata a un par de ancianos que en ese mismo momento cruzaban adecuadamente cogidos del brazo para ir a su residencia, cuando 100 kilómetros después lo pare la Guardia Civil, no sirve como excusa decirle que en los últimos 99 kilómetros ha conducido de maravilla, o que es un novato.
Como contrapunto, voy a terminar con una buena noticia, aunque sea sólo parcialmente buena y que les prometo que no me he inventado:
La Fiscalía va a estar vigilante para sancionar los abandonos de perros que se produzcan de forma ilícita, por haber sido adoptados con el único fin de ser utilizados para justificar el paseo permitido con ellos para que hagan caca y pis. Es verdad que nada se ha dicho sobre los abandonos de perros por otras causas ni del abandono de otros animales.
Os deseo salud y esperanza, pero atención al vértigo optimista que va a suponer llegar a la cima del pico, andar por las alturas, y el que se produce al descender desde lo muy alto debido a la descompresión.