Memoria Azul | Semblanzas

Manuel Rodríguez Gimeno

Estudiante falangista muerto a manos del teniente José Castillo, de filiación socialista, que al mando de una sección de la Guardia de Asalto reprimió las protestas por el asesinato del alférez Anastasio de los Reyes, de la Guardia Civil.


Memoria Azul [FACE] es un proyecto de divulgación histórica dirigido por Juan Manuel Cepeda. Ver portada Memoria Azul en La Razón de la Proa (LRP). Recibir actualizaciones de LRP.​

Manuel Rodríguez Gimeno

El 14 de abril de 1936, con el Frente Popular rigiendo los destinos de España después de haber ganado las elecciones del mes de febrero, y para conmemorar la citada fecha, se organizó un desfile por el centro de Madrid al que asistieron el Gobierno en pleno y el Cuerpo Diplomático.

A media mañana, un militante de la CONS (sindicato obrero falangista) apellidado Ojeda hizo estallar una ristra de petardos justo al lado de la tribuna de Presidencia, creando con su acción el correspondiente caos y pánico, siendo detenido de inmediato.

Poco después, desfilaba una unidad de la Guardia Civil, la que fue recibida con abucheos, silbidos y todo tipo de improperios por la mayor parte del público que asistía al desfile, en su mayoría socialistas y comunistas, saliendo en defensa de la Benemérita un alférez de la Guardia Civil vestido de paisano, y que tenía simpatías hacia la Falange, Anastasio de los Reyes, quien cuando se enfrentó a los alborotadores recibió por la espalda varios disparos que le ocasionaron la muerte...

A los dos días, el féretro con el cadáver del alférez Reyes salía desde el cuartel de la Guardia Civil de los Altos del Hipódromo en dirección al cementerio de La Almudena, con la clara intención de recorrer todo el centro de Madrid, a pesar de que el Gobierno había ordenado que el entierro se realizara en la más absoluta intimidad.

Todo el trayecto estuvo jalonado de enfrentamientos con milicianos frentepopulistas que dispararon a la comitiva en diversas ocasiones y desde edificios en construcción del Paseo de la Castellana y del de Recoletos, siendo contestados igualmente a tiro limpio por los compañeros del alférez asesinado y por multitud de militares y falangistas que acompañaban el féretro.

En uno de estos tiroteos, cayó muerto con varios impactos de bala en la cabeza Andrés Saénz de Heredia, falangista y primo carnal de José Antonio, quien cuando conoció la noticia estando preso en la cárcel Modelo de Madrid, gritó el nombre de su primo contestando todos los presos falangistas con un sonoro ¡Presente!.

No cesaban los tiroteos, hasta el punto que en diversas ocasiones los portadores del féretro del alférez asesinado, tuvieron que depositarlo en el suelo para defenderse pistola en mano y responder a las balas marxistas.

Siendo conocedor el Gobierno de la gravísima situación que se estaba produciendo en el centro de Madrid, mandó emisarios para que intentaran convencer a la comitiva fúnebre de que cesaran en su actitud, finalizaran el trayecto y transportaran el ataúd del alférez Reyes en una camioneta hasta el cementerio, instrucciones que fueron totalmente desestimadas, pues entendían que el alférez debía ser enterrado con todos los honores militares y a la vez querían hacer publico su malestar hacia el Gobierno.

Al llegar a la plaza de Manuel Becerra para seguir por la calle de Alcalá en dirección al cementerio, la multitudinaria manifestación de duelo que acompañaba al alférez asesinado fue interceptada por una compañía de Guardias de Asalto al mando del teniente Castillo, que pistola en mano ordenó disolverse a los manifestantes.

El citado teniente, de filiación socialista y que en compañía de otros militares izquierdistas como los capitanes Faraudo y Condés, el teniente Moreno y otros más, eran instructores militares de las milicias socialistas y comunistas, y desde la llegada al poder del Frente Popular eran considerados unos héroes por los milicianos de izquierdas.

Los integrantes de la comitiva se negaron a acatar las órdenes del teniente Castillo, disparando este a bocajarro a la cabeza del estudiante falangista Manuel Rodríguez Gimeno, que entonces tenía 28 años y militaba en el SEU de la Facultad de Farmacia.

De igual manera, también el teniente Castillo disparó contra un joven tradicionalista llamado José Luís Llaguno, del que durante muchísimos años se dijo que había muerto, aunque investigaciones posteriores demuestran que no falleció como consecuencia de los tiros de Castillo, sino que murió muchísimos años después.

También Castillo ordenó a sus guardias que dispararan contra los manifestantes, resultando cuatro muertos y treinta heridos, ocho de ellos muy graves y uno de los cuales falleció con posterioridad.

A partir de ese momento, el teniente Castillo se convirtió en un objetivo de la milicia falangista, al que buscaron y encontraron a la salida de su domicilio particular en la calle de Augusto Figueroa meses después, haciéndole pagar con su propia sangre la sangre falangista que él personalmente había vertido.

Inmediatamente después de que Castillo y sus guardias dispararan a mansalva contra los integrantes de la comitiva, este estuvo a punto de ser linchado por militares de paisano que acompañaban el féretro, de lo que se salvó Castillo gracias a los guardias de su sección que lo rescataron conduciéndole a dependencias policiales, donde Castillo prestó declaración reconociendo que había disparado, pero «que había sido por encontrarse muy nervioso ante la masa furiosa que le atacaba». Por supuesto fue puesto en libertad de inmediato sin imputación alguna.

El falangista Rodríguez Gimeno fue enterrado en el cementerio del Este junto con otros tres asesinados en la misma acción, Yáñez, Rodríguez Vargas y Mir, de los cuales se desconoce su posible filiación política o militar.

En diversas historiografías azules se cita al estudiante caído Manuel Rodríguez Gimeno como "alférez" de Falange, en un claro error, ya que en 1936 dentro de las jerarquías de la milicia falangista no existía el grado de alférez, lo que nos lleva a pensar que realmente era jefe de una falange de una centuria de la Primera Línea, ya que esa jerarquía es la que se corresponde con la de alférez del Ejército.

También otros historiadores mantuvieron que había sido el teniente Castillo el que había disparado personalmente contra Andrés, el primo de José Antonio, hecho este totalmente falso también, lo que queremos dejar claro en honor a la verdad, si bien es cierto que en aquellos momentos entre las filas falangistas corrió el rumor de que había sido Castillo el asesino de Andrés Sáenz de Heredia.

Según el informe médico de la Casa de Socorro de Buenavista, donde fue atendido Manuel Rodríguez, tenía en la cabeza dos impactos de bala de pequeño calibre, lo que demuestra indudablemente que los disparos provenían de una pistola y no de un fusil, por lo que los disparos solo pudieron salir de la pistola del teniente Castillo, ya que los guardias de asalto portaban armas largas.

Como se desprende de lo sucedido, los partidos que formaban el Frente Popular y especialmente los socialistas, inmediatamente después de que ganaran las elecciones diseñaron una estrategia para acabar con la Falange y otras fuerzas antimarxistas, sin respetar de ninguna manera la legalidad entonces vigente, creando un auténtico clima de preguerra civil.

El estudiante falangista Manuel Rodríguez Gimeno fue una de las víctimas de la agresión frentepopulista, y por eso hoy le recordamos para que no se olvide su muerte en acto de servicio.

¡Manuel Rodríguez Gimeno! ¡Presente!

Leerlo en su sitio web original...


Para saber más...

Ver la información de los hechos (entierro del alférez Reyes) en la prensa de la época

  • ABC (periódico de la oposición)
  • Ahora, página 11. (un periódico moderado del entorno del Gobierno)  
  • El Socialista (órgano oficial de expresión del PSOE)