Tras las nuevas promesas
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Comparto –como siempre– con Eduardo López Pascual, querido paisano y camarada, su “sana envidia”, ante los resultados electorales de un joven partido que en la trascendente jornada electoral de Madrid ha conseguido 13 diputados, superando resultados previos, también admirables.
Y es que los que compartimos las ideas, las ”creencias” que emanan de la doctrina joseantoniana, no nos resignamos a reservarnos un lugar en el ”estilo”, en la ”poesía que promete”, en la manera de ser y de estar que le ha dado el lustre a la idealizada imagen del Fundador… sino que aspiramos a participar en el día a día de nuestros compatriotas y, simultáneamente servir a España, al “señor que no puede morir…”
El paupérrimo resultado de la candidatura falangista en Madrid no refleja, evidentemente, al número de madrileños que comparten la doctrina y los propósitos sociales nacionalsindicalistas sino que, abrumados por la necesidad de evitar el social-comunismo, han recurrido –cerrando su ojo izquierdo– al “voto útil” de los que han obtenido 13 escaños.
Se comprende que esos –sin duda miles– de falangistas, se hayan inclinado por el voto útil, por su “ojo derecho”, que comparten –que compartimos– plenamente con los de los “trece”.
Porque ese ojo contempla –en el ámbito nacional– un futuro deseable, con un Estado unitario tras el fin de la degradación actual del Estado autonómico; con la derogación de la injusta y discriminatoria Ley de Memoria Histórica; con la supresión de los privilegiados y arcaicos conciertos económicos vascos y navarros; con una necesaria reforma de la actual Ley Electoral, que valore por igual el voto de cada español; con un imprescindible plan hidrológico que gestione ”el agua de todos”; con la austeridad en el gasto público “corriente” y la disminución de impuestos; con una tarjeta sanitaria única; con una educación nacional despegada de localismos; con la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural; con un decidido apoyo a la natalidad y a la familia; con la declaración sobre las Fuerzas Armadas y su necesaria fortaleza…
El ideario joseantoniano, falangista, no nos permite la mirada tuerta, que ”desenfoca” todo, sino la binocular, la de la Patria y la Justicia… la que han votado esos pocos “inasequibles” de Madrid. Muchos compartimos con Eduardo la sana envidia y, como en el Mío Cid “Si no vencí a reyes moros, engendré quien los venciera”. Porque, nos consta, que en el partido “de los 13 de Madrid” hay muchos que están formados en las ubres del nacionalsindicalismo.
Y entre ellos, tal vez, puedan abrir el ojo izquierdo y lograr, algún día, los sueños que aún nos anima, a Eduardo, a mí, y a muchos.