El falangista que escribía cuentos
Julián Pemartín se ilusionó con un proyecto que llevaba tiempo madurando y muy alejado de aquellos textos sobre la Falange y su fundador que hasta el momento había publicado.
Artículo firmado por Ramón Clavijo, publicado en el digital Diario de Jerez (1/12/2023). Leerlo en su sitio web original. Recogido parcialmente por La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.
Por aquellos meses, a un falangista de viejo cuño, el jerezano Julián Pemartín, primo de José María Pemán y que ostentaba entre otros cargos la Dirección del Instituto Nacional del Libro, le preocupaban otros problemas como los que le estaban generando los representantes catalanes de la industria del papel, o los derivados de su empeño por volver a recuperar la Feria del Libro en Madrid. Y fue en aquellos meses confusos cuando Julián llegó a comentar que se relajaba “escribiendo cuentos infantiles”.
Julián, casualidad o no, se ilusionó con un proyecto que llevaba tiempo madurando y muy alejado de aquellos textos sobre la Falange y su fundador que hasta el momento había publicado. El cuento que ahora redactaba, ‘Garbancito de la Mancha’, bebía de tradiciones catalanas pero también del cuento clásico...
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