La España que nos merecemos
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa.
Ahí está pintado en un panel, detrás de Pedro Sánchez, el último eslogan probablemente salido de la mente de Iván Redondo que es el que le da sabor al PSOEtarra; pero no se conforma con la frase sino que agrega una fecha 2021-2026, anunciando, al parecer, el tiempo que van a estar en el machito destrozando España mientras la manejan sin ningún escrúpulo, a lo Hugo Chavez, o quizá como tosco Nicolás Maduro, que han descubierto, en la época de los avances sociales, cómo aherrojar un pueblo engañando a sus seguidores y valiéndose del dinero del petróleo primero y de la droga después, convirtiendo a su país en el centro del narcotráfico.
A falta de capos del narco, se alía a los asesinos de ETA, a los independentistas catalanes y vascos, y a todo aquel que ansía sacar algún provecho de un voto que le dieron para encauzar los asuntos de España por el buen camino pero, sin pudor ninguno, convierten en lucro personal.
Y, naturalmente, si considera Pedro Sánchez que nos merecemos lo que está intentando darnos, es que el porrillo de millones del resto de los españoles lo hemos hecho muy mal y nos va a pagar con la moneda que considera es el jornal que nos hemos ganamos.
Y quizá tenga razón, pues le hemos consentido todas las barrabasadas que se le han ocurrido, todos los desmanes que en poco tiempo ha ido pariendo para romper la sociedad española, enfrentar a los españoles, desquiciar la convivencia, hasta situarnos en un momento en el que el desbarajuste es enorme, nadie sabe cómo ha de comportarse ante la pandemia, ni si va a poder comer o no porque lo que ofrecen no se cumple, ni si se va a poder trabajar poniendo todos los medios adecuados para evitar la propagación del virus, prometiendo vacunas para ya cuando no hay garantías de que pueda llevar a cabo su promesa –una vez más de lo mismo–, y, mientras nos mantiene adormilados con tanto confusionismo, dictar decretos, sacando adelante leyes en el Parlamento que son nocivas para España, quebrando hasta el propio idioma, cosa que no cabe en la mente de los nacionales de ningún país. ¿Es esta la España que nos merecemos?
No nos merecemos que la ministra Montero adjudique 15.000€ para un estudio sobre «personas que no se sienten ni hombres ni mujeres», ni que se ponga a llorar como una Magdalena el día Internacional Contra la Violencia de Género sin tener en cuenta las estadísticas que pueden ser comparativas, tales como que frente a 55 mujeres muertas por hombres en 2019 existen 22 hombres que llevaron el mismo fin por acción de mujeres y, sobre todo los casi 100.000 abortos que se producen al años de niños que son tan ricos y hermosos, o más, que sus mellizos Leo y Manuel;...
Ni que tengamos que oír que el mostrenco representante de ERC, socio de Sánchez en el asunto de los presupuestos asegure con toda su chulería sin gracia: «mantendremos el objetivo de la independencia»; lo que también hace el asesino Otegui al asegurar que con todas estas cosas «se va avanzando hacia la independencia»; y el sibilino PNV que por sus votos para el mismo fin de conseguir la aprobación de los PGE logra los terrenos del cuartel de Loyola, de San Sebastián, echando de ellos los restos militares que permanecen en las provincias vascas;...
O tener que escuchar al melifluo Iceta despreciar ahora a los socios de Sánchez con un «no pactamos con quien quiera la independencia» después de los juegos florales que ha mantenido con ellos; o lo que pudiéramos considerar como atentado contra el Estado una vez más, la actitud de los socios de Sánchez e Iglesias al bloquear el día de la Constitución no acudiendo al acto institucional; y un sinfín más de pequeños y medianos atentados, y no pocos trapicheos como el intento de subir los impuestos en la Comunidad de Madrid para repartir esos ingresos por otras comunidades –la catalana como aspira el Rufián–,...
Aparte la campaña contra esta comunidad por defender una postura distinta en el tema del covid, que ha demostrado era mejor que la confusa y difusa del ministerio de sanidad –léase Pedro Sánchez y su inquina a Madrid con la que no se ha podido hacer– regida por un ministro, Illa, que ahora es incapaz de poder aportar las actas de los acuerdos de la «comisión de expertos» que asesoraba al gobierno, que nunca existió. Y para más INRI, Podemos oculta que el líder designado para las primarias de Madrid fue atracador de bancos.
No, la España que se merece la mayoría de los españoles, no es la que ofrece Pedro Sánchez para los próximos seis años. No lo decimos nosotros que a fin de cuentas somos unos españoles de a pie, que aman a España porque no les gusta, sino que cada día lo pone de manifiesto una parte importante de periodistas y gente de bien que, encontrándose cada cual en su personal punto de la estrella de los vientos, opina lo mismo o parecido a nosotros.
La España que se merecen los españoles es absolutamente distinta a la de Pedro Sánchez y sus mariachis, y hay que conseguirla, haciendo todo lo posible para descabalgarlo de su caballo tranco dejándolo un jumento sin pretensiones para que siga su ruta por el mundo en busca de mejor fortuna al lado de Soro.