Lo hemos conocido
El mundo está escandalizado. Asombrado. Perplejo. Las gentes de casi todo el planeta Tierra no llegan a comprender cómo se puede asesinar sin miramientos y con total alevosía a la población de un país simplemente por haberles tocado vivir allí. Cómo se puede devastar una ciudad tras otra por el solo hecho de que nadie pueda seguir en ese lugar como si se fumigara para evitar la invasión de una marabunta de hormigas destruyendo todo lo que encontraba a su paso. Todo ello sin que exista, aparentemente, por parte de quien ordenó esa barbaridad, otro objetivo que el empecinado deseo de ocupar ese espacio de tierra para controlar en él la vida de las personas que allí se encuentran asentadas desde hace siglos.
No es igual, pero por influencia de los antepasados que llevaron adelante la revolución e implantaron en Rusia el comunismo, en España ya hubo un intento similar allá por el tercer decenio del pasado siglo. El asesinato indiscriminado y sin justificar fue realizado por las milicias comunistas –antes de que llegaran a estar militarizadas– bajo la batuta de miserables como Largo Caballero, la Pasionaria, Carrillo y un largo etcétera de triste recuerdo. No tuvieron nada que envidiar a los asesinatos que se están produciendo en Buchá y en otros lugares de Ucrania. Hechos que están tratando de ocultar nuestros actuales gobernantes con la Ley de Memoria Histórica, y ahora con la modificación de la enseñanza en las escuelas e institutos, olvidando parte de la historia de España y dejándola reducida prácticamente a la que corresponde a los años de la barbarie edulcorada para que quede convertida en un hecho llevado a cabo por la derecha descerebrada al mando de un general que se llamaba Franco.
Para lavar la cara, el Gobierno español ha expulsado estos últimos días a 27 miembros del cuerpo diplomático rusos porque representan una amenaza para la seguridad de España.
Lamentando, el presidente de Ucrania, Zelenski, en el discurso pronunciado por videoconferencia a los miembros del Congreso, comparó la guerra de Ucrania con el bombardeo de Guernika. Un craso error con el que ha perdido las simpatías que tenía en un considerable número de españoles que tenían olvidado a los ucranianos que formaron parte de las Brigadas Internacionales que participaron en la guerra civil española. Puesto a hablar de bombardeos, también podía haber echado mano del que tuvo lugar en Cabra de mano de las fuerzas comunistas.
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