La nueva normalidad recuperada

7/07.- Pedro Sánchez ha parido nuevas expresiones tales como la denominación de «nueva normalidad recuperada» para definir lo que viene tras el encierro provocado por la pandemia del covid-19...


Publicado en el Nº 327 de 'Desde la Puerta del Sol', de 7 de julio de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa

A veces, tampoco yo sé dónde estoy. Y es que a uno lo confunden frecuentemente con el vocabulario que utilizan nuestros intelectuales de la política actual, que, a fuer de no querer nada de lo anterior, van intentando cambiar el significado de las palabras del diccionario o provocan la incorporación de otras nuevas que descomponen la seriedad y objetividad gramatical de tan importante repertorio en el que, cuando dudamos de una palabra, acudimos con respeto y a veces unción.

Así, la ministra de Igualdad, entre otras expresiones, en sus conversaciones de toda lid incluye el término «tía» al referirse a otra damisela, recuerdo quizá muy barriobajero de sus tiempos en Vallecas pero que, se va incorporando al habla entre los miembros del Gobierno; otro caso casi patológico al respecto lo tenemos en la fiebre que dio a Carmen Calvo –antes de agarrar el covid-19 de someter a la Real Academia a modificar el idioma de forma que fuera inclusivo, es decir, que aquellas palabras que se recogen justificadamente en masculino –las hay, como sabemos, que son en femenino– pasaran a decirse y escribirse también en femenino tales como ministras, concejalas, diputadas, alcaldesas… ya usadas con frecuencia, más otras que todavía no han traspasado esa barrera, como frailas, caballeras, quijotas y un largo etcétera que consideran irrenunciables en ese idioma inclusivo que fomentan las feministas al uso, no las sensatas.

Pedro Sánchez no hace ascos al idioma inclusive pues ya sabemos su afición a referirse a españoles y españolasen sus peroratas. Pero últimamente se ha crecido y ha parido nuevas expresiones tales como la denominación de «nueva normalidad recuperada» para definir lo que viene tras el encierro provocado por la pandemia del covid-19. Es decir, que, al parecer, quiere hacer nueva una cosa que vuelve a la normalidad que además es recuperada. ¡Vaya lío!

Y por eso, en sus charlas homiléticas durante la pandemia y posteriores, dice a los embobados españoles que vuelvan a la normalidad de antes de que él metiera baza, que con su barita mágica ha convertido en nuevas. Conociendo un poco al individuo, uno ha de pensar que con ello está elaborando algo más complicado donde saldrá por los cerros de Úbeda, es decir, que no tendrá nada que ver con el signifi-cado de esas palabras y que nos cogerá por sorpresa.

Por cierto, ahí lo tenemos con el acto grandioso que ha montado para el 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, totalmente laico, en homenaje a los muertos y a los que hicieron todo lo posible porque sanaran la mayor cantidad de infectados por el covid. Quiere reunir en su torno, para mayor gloria de su Gobierno, –sin poderse desprender del Rey Felipe VI y la Reina Leticia– a todas las autoridades, familiares de fallecidos, y miembros de los diferentes cuerpos y estamentos que han participado en la operación.

Lo que no sabemos es cómo los meterá en la plaza de la Armería. Sin embargo, dado que la Conferencia Episcopal ha previsto un funeral en la catedral de la Almudena para ayer lunes día 6, por el eterno descanso de todas las víctimas de la pandemia, con la asistencia también de los Reyes, él ha puesto tierra por medio y se ha organizado una reunión en Lisboa con el primer ministro luso. Qué casualidad.