Unión y sacrificio
Publicado en el Nº 324 de 'Desde la Puerta del Sol', de 30 de junio de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa
Pedro Sánchez, el individuo que, incomprensiblemente, tenemos presente in mente al acostamos y levantamos, y luego durante la jornada, es como una obsesión de tragedia griega con la que hemos de convivir sin conseguir echarla fuera para disfrutar de las buenas ideas que también forman parte de nuestro devenir. Es terco hasta lo indecible. Está convencido de que se encuentra en posesión de la verdad. Y resulta agotador. Parece que lo tomó como modelo el escritor, compositor y filósofo inglés Samuel Butler, cuando, hace casi dos siglos, se le escapó una frase que le viene al pelo: «Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar».
Por eso Pedro se esconde tras los mantras que se le ocurren de vez en cuando –o se le ocurren a su asesor–, tales como «no es no», «sí es sí»,… y en los últimos tiempos «unión y sacrificio», sin darse cuenta de que por más que lo repita, la mayoría de los españoles no se unirán a él por muchas trabolas que se invente, por más promesas que haga, por más caritas de buena persona que ponga…
¡Si es un tramposo! ¡Si a pesar de su tesón todavía no se ha dado cuenta de que anda equivocado! Y es que la ambición lo ciega. Y se junta con quien sea, con Iglesias y su lema «Unidas Podemos», y con los separatista de toda laya, y con los etarras y hasta con las brujas de Zugarramurdi y de Salem si las pilla a tiro y puede sacar algún provecho de ellas.
Con Pedro Sánchez ni «unión» ni «sacrificio». De lo segundo ya nos ofrece suficientes oportunidades continuamente con sus acciones y decisiones, manteniéndonos pendientes de un hilo; y respecto a la unión, no se puede esperar nada bueno con un tramposo trilero al que se le ve continuamente la bolita, lo cual demuestra lo pésimo que es en sus manejos.
¿Lo hemos dicho en alguna ocasión? Por si acaso lo repetimos. Con Pedro Sánchez y su cohorte de rufianes no puede uno ir ni a la gloria. Lo único y honesto que corresponde hacer es procurar eliminarlo de donde está, mandarlo al paro sin ERE ni ERTE, ni permiso para disfrutar de lugares como Doñanaa los que tiene tanta afición.
Es evidente. Lo dicen los del propio PSOE que cada día están más sorprendidos de por dónde está llevando al partido, lo dicen con la boca pequeña algunos de sus ministros, lo dicen los cientos de miles de españoles que no tienen un mendrugo de pan para alimentar a la familia, lo dicen los comerciantes, los industriales, los empresarios de cualquier tipo y nivel, lo dice parte de la oposición política que se niega a negociar con él –al menos la más sensata y consciente–, lo dicen los organismos de la UE y hasta no se cansa de decirlo TheTelegram: el país va a la ruina y tardará mucho tiempo en levantar la cabeza si buenas manos toman las cuestiones de Estado, porque, si continúa esta pandilla, ni se sabe cuándo podría reverdecer el país.
Y de la misma forma que entendemos hay que sacar el jugo a lo bello que ha ido apareciendo en el arte en sus distintas manifestaciones, creemos hay que sacar a la política llevada adelante por los buenos cerebros que nos han precedido, los buenos cerebros existentes hoy día que apenas se dejan ver en la vida privada.
Porque queremos unirnos con las ideas y en los trabajos que ellos nos presenten, sin tener que escuchar lo que en el parlamento dicen indocumentados, analfabetos, profesores de pacotilla, doctores de título conseguido con un trabajo copiado, mal redactado y con faltas de ortografía. Apoyándonos en la esperanza que siempre nos acompaña, y rezando no poco, tenemos confianza de que lo conseguiremos.