El Papa que amaba a España
Publicado en la revista Lucero, núm. 141, 4º T de 2020. Editado por la Hermandad Doncel - Barcelona | Frente de Juventudes. Ver portada de Lucero en La Razón de la Proa.
En mayo de este año se ha cumplido el centenario del nacimiento de Karol Wojtyla, Juan Pablo II. Había nacido en Wadowice (Polonia) el 18 de mayo de 1920. Durante su juventud, fue un luchador que se forjó en la dureza de la vida, que sufrió lo malo de los nacionalismos excluyentes, tanto alemán como ruso. Criticó el capitalismo inhumano, fue defensor de la familia, de las mujeres, del Cristianismo como seña de identidad del Viejo Continente, y visitó España cinco veces, de 1982 a 2003.
El atentado sufrido, le obligó a posponer un viaje a España para el 11 de octubre de 1982; se habían celebrado elecciones de las que salió presidente de Gobierno Felipe González. El Papa llegó a Madrid el 31 de octubre, para regresar a Roma el 9 de noviembre. El día 2 de este último mes, más de un millón de fieles abarrotó el centro de Madrid, en un primer acto celebrado en el estadio de Chamartín; predominaban los jóvenes. Allí habló en contra de la droga y el pesimismo, a favor de la familia unida, de la buena enseñanza y de la defensa de la vida.
Visitó dieciocho ciudades españolas, predicando el Evangelio, enfrentado al ambiente creado por el entonces Gobierno de España; el PSOE no realizó ninguna revolución socialista ni proletaria, pero sí una revolución cultural en 1984 que afectó a la moral y a las costumbres. Al abandonar España el Papa, TVE recibió la orden de archivar y no difundir el material grabado durante el viaje; fue emitida solo una parte.
La segunda visita fue en octubre de 1984, a Zaragoza; la tercera, en agosto de 1989, a Santiago de Compostela, en la IV Jornada de la Juventud; la cuarta, en 1993, con motivo de la clausura del Congreso Eucarístico Internacional de Sevilla, y en la quinta, en mayo de 2003, visita Madrid para la canonización de cinco beatos españoles. Un día antes, Juan Pablo II había pedido a los más de 700.000 jóvenes congregados en la base aérea de Cuatrovientos que se mantuvieran lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo y de intolerancia.
Pero el Papa ya estaba muy enfermo, tenía que ser conducido en silla de ruedas y se fatigaba mucho al hablar. Fueron dos actos muy emotivos. Conservo una grabación de los dos, con la despedida muy emocionante al observar su dificultad y esfuerzo; dijo Adiós, España. Al despedirme de ti, de sentimiento me muero. Su despedida en la plaza de Colón fue extraordinaria: era el anuncio del final de un santo en este mundo. Murió en Roma el 2 de abril de 2006.Ver el mismo artículo en la versión original