Feria de San Isidro en Madrid

«Los toros no tienen por qué gustar a todos ni concitar apoyos, pero la gente tiene derecho a verlos. Eso no lo sabe el ministro Urtasun. En realidad, el ministro no sabe de toros, ni de historia, ni de museos y lo peor de todo: no sabe de cultura».


​​Publicado en la revista El Mentidero de la Villa de Madrid (9/MAY/2024). Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.

Comienza en la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid, la Feria de San Isidro, unos días después de que le ministro de la cosa, que, como muchos de sus compañeros de gobierno se caracteriza por el afán de revanchismo, la intransigencia, la intolerancia, el radicalismo y la ignorancia, suprimiera el Premio Nacional de Tauromaquia. Sí, ese mismo que quiere vaciar los museos en lo que atañe a la parte de nuestra Historia que está depositada en ellos.

Hace unos días, refiriéndose a este asunto, la periodista Karina Sáinz Borgo escribía:

«Los toros no tienen por qué gustar a todos ni concitar apoyos, pero la gente tiene derecho a verlos. Eso no lo sabe el ministro Urtasun. En realidad, el ministro no sabe de toros, ni de historia, ni de museos y lo peor de todo: no sabe de cultura».

Las corridas en Las Ventas, en la Feria de San Isidro son diferentes de las que se celebran en otros meses y en las que predominan la ocupación de un cuarto de plaza y los grupos de turistas capitaneados por un guía provisto de un paraguas o una bandera, que se marchan al concluir la lidia del tercer toro. Son otra cosa. En las corridas de San Isidro la plaza se llena «hasta la bandera» y, como es «norma de la casa», no suena la música mientras tiene lugar la lidia, con sorpresa y extrañeza de algunos forasteros a los que los «castas» explican, no sin cierto aire de suficiencia, que eso «sólo ocurre en los pueblos y no en la primera plaza del mundo».

En las corridas de San Isidro, en Las Ventas, existe un cierto ritual social merecedor de ser estudiado y analizado por los sociólogos. A esas corridas no sólo asisten los aficionados, los entendidos, los amantes de la tauromaquia y los abonados «de toda la vida», sino también un variopinto conglomerado de gentes que van a ver y a ser vistas, que abarrotan el patio de arrastre y los bares adyacentes, con un whisky o unos combinados en las manos, con estudiada pose y, ellos y ellas, con cuidada indumentaria ad hoc para la ocasión.

Por allí aparecen también los jóvenes novilleros llenos de ilusiones, que esperan para saludar muy respetuosamente a los «maestros». ¡Ah! y Blas Romero «El Platanito», que llegó a tomar la alternativa en la plaza de toros de Carabanchel «La Chata» y ahora vende lotería en el Barrio de El Pilar, en Las Ventas y en los bares y restaurantes frecuentados por los aficionados y próximos a la plaza,.

Están, asimismo, los ejecutivos, algunos de los cuales entienden lo justo de tauromaquia, pero que coinciden en el palco de localidades adquiridas por empresas o entidades públicas, para allí plantear negocios o ultimar contratos.

En estos palcos, entre el tercer y el cuarto toro, solían pasarse copas de cava y unas bandejas de una afamada pastelería con canapés que se consumen con fruición, en tanto que, en los tendidos, particularmente en los de sol, lo que circula es la bota de vino y lo que se consume son sustanciosos bocadillos de chorizo o de tortilla. Y, mientras, «los del 7», pertrechados previamente con pañuelos verdes abroncan al presidente por no devolver a los corrales a un toro que se les antoja cojo o falto de trapío, dándose la circunstancia de que ha habido ocasiones en las que toros que han sido protestados han dado luego un juego excelente en el último tercio de su lidia. En definitiva, todo un espectáculo, todo un fenómeno social.

Este año se van a celebrar 26 festejos, desde el 10 de mayo hasta el 8 de junio, con 21 corridas de toros, 3 novilladas y 2 corridas de rejones, con la particularidad que una corrida será mixta, de rejones y toreo «de a pie».

En este programa se incluyen la Corrida de la Prensa, la de la Cultura y una en homenaje a los 200 años de existencia del Cuerpo de Policía, que ha pasado por diferentes etapas.

Además, los días 1 y 2 de este mes de mayo se ha celebrado la Feria de la Comunidad y los días 9 y 16 de junio tendrán lugar la Corrida de la Beneficencia, que suele presidir el Rey de España y otra en recuerdo y homenaje al diestro madrileño ya fallecido Antonio Chenel «Antoñete», respectivamente.

En los carteles, por lo general bastante equilibrados en lidiadores y ganaderías, aparecen algunas combinaciones de los que son ya figuras con otros que aspiran a serlo y la última semana es la que los aficionados denominan «torista» porque se lidian toros de las ganaderías consideradas como difíciles.

Pues bien, para esta feria, para los que durante la misma van a pisar el ruedo y jugarse la vida y para el presente y el futuro de la tauromaquia en España, ¡que Dios reparta suerte!