Ramón Tamames, economista y candidato
26/FEB.- Ha sido un visionario de los cambios de la estructura económica española y mundial tanto desde las aulas como desde el análisis de balances y cuentas de resultados...
Publicado en primicia en el digital El Debate (8/02/2023), y posteriormente recogido, con permiso del autor, por La Razón de la Proa (LRP) Recibir el boletín de LRP.
En el relato que se le ha colocado a Ramón Tamames como breve introducción curricular antes de haber considerado aceptar la propuesta de Vox para sustituir al presidente Sánchez, se arranca unánimemente de su participación en la revuelta de estudiantes universitarios de 1956. No es sí. En el verano de 1952 el joven Ramón Tamames participó en el campamento del Servicio Universitario del Trabajo (SUT) dependiente del SEU; el sindicato oficial que mantuvo el mismo nombre que el nacido de los universitarios falangistas antes de la guerra. El campamento se realizó en Rodalquilar, en Almería, donde se había re abierto un yacimiento de oro en el que el Régimen puso muchas esperanzas.
El SUT en el que participó Tamames llevaba a la práctica una particular versión de la máxima de su líder fundacional, Alejandro Salazar, «Estudio y acción», y fue impulsado por el famoso sacerdote jesuita José María Llanos cuya deriva ideológica coincidió con la de Tamames al llevarlo hasta la esfera de influencia del Partido Comunista. Repasando los ilustres militantes del SUT aparecen nombres como los de Cristina Almeida o Francisco Fernández Marugán.
Entre 1952 y 1956, esto es, del falangismo obrerista de Tamames a la refriega universitaria de 1956 sólo median cuatro años y para explicar ese viraje ideológico ayuda mucho el libro Nuestro hombre en la CIA de Iván Vélez. En él se documenta la injerencia de la inteligencia norteamericana en la oposición no comunista al régimen de Franco a través de la Fundación Ford. Una acción muy focalizada en influir en los círculos intelectuales de los que acabaron en los calabozos de la Dirección General de la Policía en 1956. Aquellos incidentes tuvieron unas consecuencias muy asimétricas. Mientras que revoltosos como Tamames salían del calabozo apenas horas más tarde de su detención, hubieron pérdidas irreparables como la del joven falangista Miguel Álvarez, muerto por herida de bala tras las refriegas con los que secundaron las manifestaciones a raíz de la prohibición del Congreso Universitario de Escritores Jóvenes. La prohibición fue el origen de la revuelta estudiantil.
Tamames pudo seguir su brillante trayectoria académica que tuvo como hito principal en beneficio de los economistas y académicos de la última parte del siglo XX la publicación en 1970 de su Estructura Económica de España. Pero hubo más. Además de retomar su perfil político como diputado en las Cortes Constituyentes de 1977, Tamames fue de los economistas académicos apegados a la realidad empresarial. Desde su despacho en el número 100 del Paseo de la Castellana realizaba dictámenes, informes y actuaba como asesor para grandes empresas y asociaciones profesionales vislumbrando los cambios económicos mundiales que se avecinaban.
Tamames ha sido un visionario de los cambios de la estructura económica española y mundial tanto desde las aulas como desde el análisis de balances y cuentas de resultados. Conoció en primera persona los acuerdos de la Cumbre sobre el clima de Rio de Janeiro en 1992, fue uno de los catedráticos Jean Monet cuando comenzó a circular el euro como moneda común y también fue uno de los primeros en estudiar la proyección que tendría la economía china desde su apertura a finales de los 80 del siglo pasado.
Su larga trayectoria política y profesional le sitúa por encima de descalificaciones atufadas de edadismo o desprecio a las personas de edad avanzada. Aceptar ser candidato a la Presidencia del Gobierno quizá sea otra manera de entender con generosidad la mixtura entre estudio y acción desde la suerte de quien, a diferencia del joven Miguel Álvarez, supervivió a las refriegas estudiantiles que costaron las carreras políticas de Ruiz Giménez y Fernández Cuesta.
Sin duda es un candidato que desequilibra a muchos y en mucho. Por ejemplo, a quienes ocultan los datos de los resultados electorales que el partido avalista de Tamames, Vox, obtiene en los barrios más pobres de España. En los mismo barrios donde antes estaba el caladero de votos de la coalición de izquierdas a la que Tamames había llegado con su Federación Progresista pero que no tuvo cuando su paso por el liberalismo centrista del CDS
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