Comprensibles propagandas

El humillante fracaso de un Estado de Derecho incapaz de garantizar la seguridad de todos, y no sólo de los que puedan pagársela.

​​​​​Publicado en primicia en la sección opinión del digital Sevilla info (12/FEB/2024), posteriormente recogido por La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.

Hay cosas que se comprenden muy bien. Como la publicidad de las empresas de seguridad cuyo negocio consiste en vender dispositivos antirrobo para inmuebles y viviendas, y su interés en difundir todo aquello que nos atemorice sobre un aumento de okupaciones, asaltos y robos en domicilios; algo que, por cierto, significa aceptar el humillante fracaso de un Estado de Derecho incapaz de garantizar la seguridad de todos, y no sólo de los que puedan pagársela.

E igualmente se comprende la omnipresente alarma de quienes, para colocarnos determinadas medidas políticas y económicas que en otro caso rechazaríamos por irracionales, nos machacan con agoreras proclamas que siembran el temor en la opinión pública sobre un inminente apocalipsis climático.

Y de similar comprensión resulta la interesada propaganda de todos esos políticos y asociaciones progre feministas, que viven de la denuncia de la mal denominada violencia machista o de género (porque en realidad es de parejas y exparejas). Al constituir éste un desgraciado y doloroso problema que nunca podrá erradicarse totalmente, y fundamentar su solución en las subvenciones económicas que reciben sus chiriguitos y en las campañas que criminalizan a los hombres, es lógico su interés por multiplicar los ecos de cada crimen sin cesar de repetirnos lo malísimos y violentos que somos los hombres españoles. Y todo ello, a pesar de que el número de estas agresiones y feminicidios esté por debajo del de nuestro entorno sociocultural, y de que muchos de los agresores ni siquiera sean españoles.