Controlando el pasado, controlarán el futuro
Decía George Orwell que «Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro». Sentencia que adquiere turbadora claridad si la aplicamos a lo que busca la Ley de Memoria Democrática respecto a lo sucedido durante la Segunda República y el franquismo. Pues no otra cosa se pretende con ella que negar, censurar y eliminar todo lo que no encaje en el idílico y falseado relato que intentan construirnos sobre aquella malhadada etapa de nuestra historia.
Había una vez una República donde manaba leche y miel, hasta que de repente un generalito brutal junto a cuatro colegas malencarados, tres ricachones, dos curas, una monja alférez y unos cuantos niñatos con camisa azul y boina roja, se alzaron frente a aquel paraíso en la tierra jugándose la vida porque no tenían mejor cosa que hacer ese verano, y destrozándolo todo nos retornaron a la Edad Media.
Una vez sentado tan burdo relato y censurada cualquier mención a persecuciones, crímenes, incendios, asaltos, asesinatos en las calles y al amenazador ambiente procomunista en que desgraciadamente degeneró aquello, queda franco (con perdón) el camino para acabar consagrando la República como la anhelada forma de Estado a recuperar en España.
Mantenerse distantes de saber por dónde van los tiros, no libra de que acaben alcanzándonos.