Días de plomo en julio
Madrugada de un 13 de julio. Unos hombres se presentaron en su casa diciéndole que tenía que acompañarlos. Dado el ambiente prebélico que se respiraba en las calles y las graves amenazas que había recibido solo un mes antes en el Congreso, desde que los vio supo la gravedad de la visita. No obstante se fue con ellos tranquilizando a su mujer.
Los hombres le metieron en un coche y unos metros más allá le descerrajaron dos tiros en la cabeza abandonando su cuerpo en medio de la calle. Se llamaba José, tenía 43 años y era uno de los líderes de la oposición a un Gobierno cuya política estaba condenando a media España a dejarse eliminar por la otra media. Después pasaron muchos años...
Tarde de un 12 de julio. En un descampado yace un joven que se muere a chorros con la cabeza abierta por dos disparos. Buscando extorsionar al Gobierno, tres hombres le habían secuestrado a punta de pistola camino de su trabajo dos días antes. El joven se llamaba Miguel Ángel, tenía 29 años y era concejal de su pueblo. Esta vez su asesinato movilizaría a todos los españoles.
Pese a cumplirse ahora 86 años del primer crimen y 24 del segundo, para que nada aprendamos de nuestra propia historia, los enemigos de la libertad pretenderán censurarnos ambos recuerdos.
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