Putin, la URSS, Polonia y Hungría

28/FEB.- Según algunos comunistas, Putin vendría a ser un renacido zarista que nada tendría que ver con lo aprendido en la extinta URSS.

La sacudida violenta para nuestro mundo occidental que supone la invasión de Ucrania por el ejército ruso, debería provocar la revisión de algunos postulados tenidos como dogmas en la Unión Europea.

Y lo que no cabe obviar es que el principal responsable de tan cobarde acción es Vladimir Putin: un tipo tan inteligente como siniestro que, si en un tiempo pudo suscitarnos alguna simpatía por su oposición a las absurdas políticas progresistas, nos despierta ahora de cualquier ensoñación recordándonos que la cabra siempre tira al monte, y que su formación y su triunfal carrera política procede del KGB soviético, el temible Comité de Seguridad del Estado, del que nunca abominó.

Por eso asombra la respuesta de algunos comunistas y sus afines que, intentando desligar al personaje de la ideología de la URSS, lo condenan atribuyéndole un imperialismo ¡zarista! Según éstos, Putin vendría a ser un renacido zarista que nada tendría que ver con lo aprendido en la extinta URSS. Fantástico.

Y por cierto, la inmediata acogida de refugiados ucranianos por Polonia y Hungría, países culpabilizados en la UE por supuesta xenofobia, debería bastar para que comenzasen a revisar dichas condenas sobre dos naciones a las que les ha faltado tiempo para abrir generosamente sus fronteras. Sería lo justo.




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