Bilingüismo de chichinabo
A veces uno se topa con buenas noticias.
Resulta que semanas atrás aparecía reflejado en la prensa que en torno a 90 colegios públicos de Castilla la Mancha, Castilla y León y Navarra habían decidido este curso poner fin al experimento bilingüe, alegando que "está mal planteado" pues "los alumnos no piensan; sólo memorizan" y por tanto "aprenden menos".
Así, parece que al fin nos vamos dando cuenta de lo evidente: que el bilingüismo (implantado en sus inicios por el PP y conservado luego por el PSOE) no ha propiciado la mejora en el aprendizaje de un segundo idioma como el inglés (véase Finlandia, donde no existe educación bilingüe y basta con la asignatura de inglés para que sea uno de los países europeos que más y mejor lo habla), únicamente un mayor sometimiento cultural a nuestros seculares enemigos anglosajones.
Ahora falta la segunda parte: que nos demos cuenta también de que lo de impartir asignaturas en "lenguas reinventadas" allí donde éstas apenas se hablan tampoco sirve para nada, salvo para crear pesebres y paniaguados.
En España no es que haya pereza para aprender otros idiomas, sino mala metodología a la hora de enseñarlos y, sobre todo, mucha perseveración en lo inútil por mor de tanto político ignorante, demagogo y chupóptero.