Trabajos precarios, pensiones en el aire.
Dejaba caer, hace unos días y en medio de una gran polémica, José Luis Escrivá que sería bueno normalizar lo de trabajar hasta los 75 años, al igual que (supuestamente) se estila en otros países europeos.
Declaraciones que recuerdan unas que, antaño, pronunció José María Aznar cuando señaló que la edad de jubilación habría que fijarla en los 70 años pues, según él, la esperanza de vida había aumentado notablemente y ello haría insostenible el actual sistema público de pensiones.
Sin embargo, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones "olvida" que, al lado de otras en Europa, el presupuesto dedicado a nuestras pensiones resulta, en líneas generales, raquítico, por no hablar de que su principal preocupación en aras a garantizarlas debería ser que la gente entre 25-55 años encuentre trabajo "como Dios manda" (y, por ende, cotice en condiciones) antes que lo hiciera la gente entre 55-75.
Lo mismo que el expresidente del Gobierno "olvidó", en su momento, que hace 60-70 años la esperanza de vida era más baja, sobre todo debido a que entonces existía bastante mortandad infantil, ésta ahora muy reducida, por lo que eso de decir que al vivir más años hemos de trabajar más tiempo es hacer trampa.
Podríamos extendernos en las incoherencias argumentales de los "hunos" y los "hotros", pero queda claro que sociatas y peperos ⎼ambos meros testaferros del Gran Capital⎼ ni son garantes del trabajo digno ni tampoco lo van a ser en un futuro de las jubilaciones estatales.
Al contrario, ambos partidos políticos llevan desde 1982 fomentando el empleo precario y mal pagado amén de reduciendo las pensiones (en comparación al incremento del coste de la vida, se entiende), las cuáles en un plazo no lejano (y de seguir por idénticos derroteros) serán o bien meramente asistenciales para la mayoría o bien basadas en planes privados para una minoría.
Y esto es lo que hay porque así lo hemos votado.