Somos una, grande y libre, o no somos

29/ENE.- Reivindicando un lema que viene de muy lejos y no es un invento de Franco ni del fantasmagórico fascismo español.


Publicado en el número 36 de Somos, de enero de 2022. En la sección Pensamos que... (a modo de editorial). Editado por la asociación cultural Avance Social. Ver portada de Somos en La Razón de la Proa (LRP).

Como españoles que somos por nacimiento y porque queremos serlo; conscientes de que España es algo más que una agregación de tierras y personas; orgullosos de la impronta que nuestra patria ha marcado en el mundo y en la Historia; sabedores de que sobre nuestra patria no pesa maldición alguna que nos impida ser nosotros mismos teniendo bien identificados nuestros intereses, tan legítimos como el mejor de los demás; asqueados de una clase partidocrática que trapichea con nuestra unidad en el interior y se arruga cobarde frente a la amenaza y la asechanza exterior; seguros de que el lema Una, grande y libre ha de ser aceptado por todo español que se precie de tal, pues para ser libre hay que ser fuerte y sólo se puede ser fuerte desde la base de la unidad, queremos reivindicar hoy ese lema.

Cuando los separatistas han pretendido descalificar a quienes le llevan la contraria diciendo “Son ustedes unos nostálgicos de la España una, grande y libre”, consideran de forma ridícula que una España con esos atributos es indeseable, ante lo cual queda claro que su ideal es una España dividida, raquítica y sojuzgada, es decir una No-España.

No creemos que quisieran así a sus Paisos Catalans, a su Euskal Herría, o a su cantón de Cartagena independientes, los cuales, en todo caso, serían resultado de la desintegración suicida de una realidad superior que les llevaría a la insignificancia y a la dependencia de intereses y poderes ajenos.

El lema Una, grande y libre viene de muy lejos y no es un invento de Francisco Franco ni del fantasmagórico fascismo español que alimenta los sueños húmedos de todo progre que se precie.

Aunque hay ejemplos anteriores y posteriores al que cito a continuación, este me parece significativo.

Cuando en 1848, en los 39 estados alemanes agrupados en la Confederación Germánica, sustituta del Sacro Imperio Romano-Germánico, estallaron revoluciones liberales, eco de la producida en Francia ese mismo año, se reunió la Asamblea de Frankfurt (Frankfurter Nationalversammlung) que tenía por objetivo lograr la unificación de Alemania por vía democrática en pos de una patria común para los alemanes.

Esta fue la proclama de la Asamblea dirigida al pueblo alemán: Eine, grosse und freie, querían la integración de todos los alemanes en una sola patria unida, grande y libre, superando una disgregación estéril.

Ahora, por el contrario, son los artificios de la política ruin los que pretenden separar en España lo que fue unido a lo largo de la historia y tuvo presencia universal. Cómo no ha de resultar repulsivo a los disgregadores un grito unificador; cómo no van a descalificarlo si es la manifestación de la fuerza que se les opone.

No es cuestión ahora de juzgar si el lema fue efectivamente aplicado en otra época más allá de su fácil formulación altisonante; es cuestión de que lo gritemos sin complejos todos los que, lejos de nacionalismo patriotero, aspiremos de verdad a formar parte de una comunidad fuerte en sí misma y presente en el mundo con voz propia, sin abuso ni sometimiento.

España, pues una, grande y libre.




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