El sismógrafo de las banderas separatistas
Después del 1-O y la tendencia a mantener viva la llama del independentismo de una manera cuasi perpetua, se denota un cansancio y una disminución de la alegría separatista, a juzgar por la reducción de banderas esteladas colgadas en los balcones.
Masnou-Ocata son dos poblaciones del Maresme barcelonés junto a la costa, y sus edificios están separados del mar por la carretera nacional y un amplio paseo, que separa a su vez esta carretera de la amplia playa que se extiende hasta los bloques de granito del puerto del Masnou.
- Hace tiempo que, desde hace bastantes años, salgo a eliminar colesterol caminando por este paseo desde Premià de Mar hasta la riera de Alella o, más allá, al túnel de Mongat; al no existir edificaciones en el lado mar de la carretera nacional, el paseo es un excelente mirador de todas las fachadas de todo tipo de los edificios; allí es donde el separatismo militante y los abducidos por su propaganda suelen colgar para su visión la cubana, es decir, la estelada.
Se llamó así puesto que dicha bandera se inventó en dicha isla del Caribe, para representar aquí el Estat Català; ostenta un triángulo azul y una estrella, símbolos masónicos, sobrepuestos a la señal de Aragón.
- Aunque de manera muy minoritaria, hay otra que varía el color del triángulo (amarillo) y la estrella, que pasa a ser de color rojo; esta variante apareció en el tardofranquismo y, si no estoy confundido, fue creada como símbolo del PSAN, para dar cabida al socialismo (marxismo-leninismo, para ser más exactos) y diferenciarse así de ERC y de las Juventudes de Convergencia y Unión.
- Pues bien, en este recorrido de más de un kilómetro, en fechas señaladas para el secesionismo como el 11 de septiembre, aparecían las susodichas banderas como amapolas en primavera.
Contabilizando todas las que podía ver tranquilamente, me daban una cantidad y ello me permitía cotejar en cada efemérides del separatismo si aumentaban o disminuían.
- Hay que indicar que un número de ellas permanecía siempre fijo, en plan contumaz o por simple desidia, y eran fácilmente reconocibles por los deterioros que en ellas había producido el clima, sobre todo en el colorido.
Pues bien, después del 1-O y la tendencia a mantener viva la llama del independentismo de una manera cuasi perpetua, se denota un cansancio y una disminución de la alegría separatista, puesto que, antes de estas últimas elecciones de noviembre, solo contabilicé 19 banderas, de las cuales cuatro estaban repetidas, o sea, en un balcón y en un mástil de la azotea; podía ser que la misma persona las hubiese colocado.
- La mitad de las banderas pertenecían a las inalterables, tranquilamente, un 80% menos que en los días en que se querían comer el mundo.
La clásica senyera prácticamente ha desaparecido del mundo visual, puesto que podrían interpretarla como partidaria de la autonomía y, por tanto, lo que ahora se da por llamar constitucionalismo (español).
- Han tocado techo y por eso cada vez están más radicalizados en sus acciones; también opino que existe un cierto segmento separatista cada vez más frustrado, ya que les hicieron creer que la independencia estaba casi conseguida, y ya llevan dos años vendiendo el ahora sí que ayudaba a es te fenómeno.
- Existen asimismo profundas discrepancias entre ellos, aunque mantengan una cierta apariencia forzada ante el Estado español; si este actuara con firmeza, con la leyes en la mano, podría reconducir la situación para reducir y acabar disolviendo a estos iluminati, en realidad ciudadanos de esta gran nación que es España.