EDITORIAL
Preocupaciones reales.
Preocupaciones reales.
Hacemos merced al lector de La Razón de la Proa de no entrar a comentar los cambios en el gobierno de Pedro Sánchez; el interesado en ellos puede encontrar en los medios habituales opiniones al respecto, de uno y de otro signo, avaladas por firmas documentadas.
A nosotros nos preocupan mucho más otras cuestiones de fondo, que ⎼concedámoslo⎼ pueden verse afectadas por cuestiones de mero cariz político (en el peor sentido de la palabra), sean las caídas en desgracia o los encumbramientos en el fervor presidencial, pero que no tienen ahí su raíz. Nos preocupan, en concreto, las situaciones social, económica, educativa o sanitaria de los españoles y la propia esencia de España, como nación histórica y como proyecto para nuestros hijos.
Así, nos preocupa el paro agobiante ⎼especialmente, el juvenil⎼, la falta de empleos dignos, la ruina o el cierre de pequeñas y medianas empresas, la espantada de las grandes; la sustitución de justas remuneraciones del trabajo por el imperio de una sociedad subvencionada…
Nos preocupa la incertidumbre de los pensionistas, y el vaciado de la caja de la Seguridad Social o su entrega a las oligarquías regionales…
Nos preocupa la dejadez en atender a las necesidades de la España vaciada; la falta de viviendas de protección oficial; la situación de carestía que se va adueñando de muchos hogares españoles; la negligencia en apoyar la investigación…
Nos preocupa que los dogmas ideológicos de las administraciones vayan en detrimento de las necesidades de ganaderos y campesinos…
Nos preocupa que las leyes educativas consagren, con un buenismo irracional, el definitivo final de la cultura del esfuerzo, y que las nuevas promociones que ocupen las aulas ⎼desde la Primaria hasta los estudios superiores⎼ sean educadas con criterios de igualitarismo a la baja…
Nos preocupa el inmenso desbarajuste sanitario, con clara dejación de funciones, endosadas a las autonomías, y que se pongan los méritos políticos por encima de la salud de los ciudadanos…
Nos preocupa el despilfarro de nuestros ya menguados recursos del erario, despilfarro que se vierte generosamente entre consejeros y expertos, gabinetes fantasma, ministerios vacuos de contenido, dádivas para contentar a los aliados y ⎼quién sabe⎼ para enriquecer los bolsillos privados…
Nos preocupa el triste y patético papel de España en el concierto de las naciones, al tiempo que su sometimiento a las ideologías, antropologías y éticas que conforman el entramado ⎼y señuelo⎼ de la globalización hipercapitalista…
Nos preocupa la abulia de muchos españoles, con grave carencia de las virtudes de la ciudadanía y la civilidad; y nos preocupa el odio a España y a lo español que se sigue sembrando desde los nacionalismos, ante la indiferencia o la complicidad de los poderes del Estado…
Nos preocupa la manipulación del pasado, excusa para controlar el presente y asegurarse el futuro…
Estas son nuestras preocupaciones reales; nuestra ocupación desde estas páginas joseantonianas de La Razón de la Proa es sembrar la buena semilla de la inquietud colectiva, para que llegue un momento en que se apodere de España un formidable apetito de todas las perfecciones.
Lo otro, los festines de la política, quedan como preocupación de los frívolos, de los insensatos o de los cucos.
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