HUELLAS DE NUESTRO PASO
Las actividades de 'Premilitar'
Lo más importante de las actividades de Premilitar era el conocimiento y práctica de las virtudes castrenses, esas que tanto bien harían de insuflarse en la sociedad como virtudes cívicas.
Artículo publicado en el boletín Trocha. Nº 201 de Trocha. Marzo de 2019.
Las actividades de 'Premilitar'
Aunque a algunos les suene raro, los manuales distinguían, entre la gama de actividades, las de Aire Libre, las Culturales, las Deportivas, las de Estudio y Formación y las de Premilitar, que fueron las que se llevó la circunstancia histórica, por decirlo finamente.
En esos manuales se decía textualmente que estas últimas actividades orientaban hacia la adquisición de hábitos de sacrificio, servicio y orden, a hacer de la tarea diaria un ejercicio permanente de obediencia y de renuncia a los caprichos personales por el bien de la comunidad, a conseguir en los muchachos un conjunto de cualidades positivas que acompañan a la difícil virtud de la disciplina. La cursiva indica que el texto es fiel reproducción de lo escrito y practicado.
Su gama se clasificaba en orden cerrado y orden abierto. En el primero, aprendíamos los movimientos básicos a pie firme y en movimiento; las formaciones en los actos, los desfiles en celebraciones extraordinarias y en la gallardía en el gesto; uno no puede menos que recordar las mañanas de instrucción en el recinto de la Escuela Industrial, así como su primer desfile por las Ramblas barcelonesas, un 12 de octubre, en el que competíamos en marcialidad con el Regimiento Jaén 25… Cuando llegábamos al Servicio Militar, poco tenían que enseñarnos en este aspecto.
El orden abierto tenía relación con movimientos en el campo, con estrategias, y se solía centrar en aquellos supuestos tácticos que hacían nuestras delicias por lo divertido y arriesgado a veces. Flechas y arqueros buscábamos como locos apuntarnos en los dos proeles de la especialidad, el guerrillero ;y el em>táctico (cuyos manuales conservo como oro en paño), y nos afanábamos en el aprendizaje, que tenía como colofón la ansiada chapita.
Pero lo más importante de las actividades de Premilitar era el conocimiento y práctica de las virtudes castrenses, esas que tanto bien harían de insuflarse en la sociedad como virtudes cívicas: el compañerismo y la solidaridad, la abnegación, el valor, el esfuerzo, el cultivo de la voluntad, el sentido de la jerarquía, el servicio…
No inventamos nada, pues nos venía de herencia de nuestros mayores y de la impronta de todos los movimientos juveniles del siglo XX, según el patrón que creó Baden Powell con su Escultismo para muchachos; quien quiera conocer más al respecto puede acudir a las fuentes; porque lo importarte es conocer la historia y leer mucho…
¡Cuántas vocaciones militares se despertaron a raíz de esta iniciación premilitar en las filas de la OJE! No creo que existan estadísticas al respecto, pero sí abundantes testimonios. Claro que nosotros no jugábamos a soldaditos, sino que lo entendíamos como un aprendizaje para la vida colectiva.