A iniciativa de la Organización Juvenil de FET de las JONS empezó a celebrarse, en 1939, con carácter nacional, el Día de la Madre en España. Se eligió la fecha del 8 de diciembre porque ese día coincidía con la festividad de la Inmaculada Concepción, considerada como un símbolo por los católicos, especialmente en nuestra Patria, que tanto había luchado, en su momento, por su dogma.

Para fundamentar tal decisión el delegado nacional, Sancho Dávila, redactó una circular, remitida a todas las provincias, en la que se hacía constar el acuerdo y señalaba que, así como la fiesta de los Reyes es la manifestación de cariño de los padres a sus hijos, no existía, sin embargo, la que representara el respeto y el amor del hijo a la madre.

Para facilitar las cosas se remitieron a todas las delegaciones, con destino a los flechas, unas tarjetas con dibujos alegóricos, al objeto de que éstos las utilizaran para acompañar los obsequios que hicieran a sus madres.

Al cabo de poco tiempo de ser instituida en el seno el Día de la Madre de la O.J., esta celebración se extendió y pasó a formar parte, como una más, de las festividades populares de todos los españoles. Sin embargo, en 1965, las autoridades eclesiásticas decidieron trasladar tal celebración al primer domingo de mayo de cada año, por ser este el mes dedicado a la Virgen María.

Transcripción de una información de prensa publicada en La Vanguardia Española (7/12/1939)

Instituido el Día de la Madre por el Frente de Juventudes.
Representará el respeto y el amor del hijo a la madre

Madrid, 6.- La iniciativa de la Organización Juvenil de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N-S. de celebrar en toda España el «Día de la Madre», pasado mañana, festividad de la Purísima Concepción, ha sido acogida con todo entusiasmo. La característica de la fiesta es eminente, y para que así se interprete y adquiera todo su relieve, se ha elegido la fecha del 8 de diciembre, ya que la Virgen de la Concepción representa para los católicos todo un símbolo, pues no en balde se luchó en España por su dogma.

La Organización Juvenil pretende, además, con esta fiesta inculcar en los niños el sentido de catolicidad que representa el «Día de la Madre», pero no de una manera teórica solamente, sino en forma práctica, infiltrando en los espíritus infantiles todo el valor y alcance de la misma. Una vez lanzada la idea en el seno de la Delegación Nacional, Sancho Dávila redactó una circular, que remití a todas las provincias, en la que se hacía constar el acuerdo y señalaba que, así como la fiesta de los Reyes es la manifestación de cariño de padres a hijos, no existía, sin embargo, la que representara el respeto y el amor del hijo a la madre, que es, por lo que tiene de generosidad y sacrificio, la forma más alta y más pura del parentesco, esta es la fiesta del «Día de la Madre».

Los niños quedan en libertad de elegir el regalo u obsequio, lo cual hará que éstos tengan un carácter genuinamente infantil.

A las distintas Delegaciones, y con destino a los flechas, se han remitido unas tarjetas, en uno de cuyos ángulos hay unos dibujos de pequeñas palomas, estrellas y pájaros entremezclados con los yugos y las flechas de Falange Española Tradicionalista y de las J. O. N-S. En el centro, y a mano derecha, un círculo, dentro del cual aparecen las insignias de Falange, y a la izquierda, en la parte de abajo, la fecha del 8 de diciembre. Estas tarjetas serán las que acompañen a los obsequios que los niños hagan a sus madres. También se considerará como obsequio a la madre, el comportarse mejor en casa, en la calle, practicar el ahorro y obtener buenas clasificaciones en la escuela. Ya en los colegios se advierte entre los niños una mayor emulación y se consultan unos a otros acerca de lo que piensan hacer ese día.

Tan pronto como pase el «Día de la Madre», las Delegaciones provinciales reunirán y remitirán sus informes y relaciones de las iniciativas de sus afiliados a la Nacional.