MEMORIA

«Ainadamar».

José Antonio y todos los falangistas (menos esos que describió muy críticamente Luys Santa Marina), sintieron gran admiración por García Lorca, incluso hay quien escribió que José Antonio quiso que Lorca fuera el poeta de Falange.
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«Ainadamar».

«Ainadamar»


Algunos de los que tienen intención de leer este artículo se preguntarán qué significado tiene el título del mismo. En pocas palabras sólo decir que así se llama una ópera, su primera ópera, del compositor argentino Oswald Golijov y el libreto del americano David Henry Hwang, que se ha estrenado ya en España. Según los críticos, esta ópera relata la amistad entre García Lorca y su musa Margarita Xirgu, aunque los acontecimientos que narra están contados cronológicamente de modo inverso a los sucesos históricos. Hasta aquí nada de particular.

Pero para saber algo más de esta ópera tuve la ocurrencia de entrar en Wikipedia y aquí pude leer una de las acusaciones más falsas de nuestra reciente Historia, aunque desconozco si está sacado del libreto o, simplemente, salió de la mente perversa de quien reprodujo estos párrafos:

«El ensueño es roto por la llamada de Ramón Ruiz Alonso, el falangista [sic] que ordenó el arresto de Lorca, ejecutado en agosto de 1936».

Y más adelante, el maligno que escribió que Ruiz Alonso era falangista, añade:

«Nadie sabe los detalles de la muerte de Lorca. Margarita tiene una visión de hora final: el oportunista Ruiz Alonso arrestando a García Lorca en Granada…» .

Anteriormente el funesto autor de estas líneas había escrito: «…la oposición de García Lorca a la Falange Española…».

Lo primero, decir que Ramón Ruiz Alonso jamás perteneció a Falange, fue parlamentario de la CEDA. Esto se puede comprobar en cualquier libro de historia que hable del asesinato de García Lorca. Para demostrarlo recogeré algunas opiniones de personas nada sospechosas. Comienzo, pues, con el hispanista y socialista Ian Gibson que en unas declaraciones al periodista Antonio Astorga en el diario ABC, de 21 de septiembre de 2001, le dice:

«Mire, si José Antonio Primo de Rivera hubiera estado en Granada, a Lorca no le matan. Porque Primo era un hombre con cultura, un poco poeta y con él se podía razonar. Yo hasta le tengo cierto cariño».

El mismo autor sabiendo como sabía que Lorca estuvo escondido y protegido en casa de los falangistas, hermanos Rosales, cuenta en su libro El asesinato de García Lorca, refiriéndose a uno de los Rosales, el que era un excelente poeta:

«Lo cierto es que Luis Rosales estuvo en peligro de ser también muerto a consecuencia del asunto de Lorca».

José Antonio y todos los falangistas, menos esos que, como escribió el poeta Luys Santa Marina: «...vinieron después, cuando el sol doró el agosto, cuando ya había una ancha y segura calzada que unía el pasado y el porvenir de la Patria, hecha con huesos de Caídos, de nuestros caídos», sintieron gran admiración por García Lorca, incluso hay quien escribió que José Antonio quiso que Lorca fuera el poeta de Falange. Ésta y la CEDA, como recientemente ha escrito Jesús Cotta en su libro Rosas de Plomo, durante la República las relaciones no habían sido buenas y, al principio de la guerra, mantuvieron un combate oculto. Es decir, hubo disensiones entre el núcleo revolucionario de los falangistas y la derecha contrarrevolucionaria que acabó llevando la voz cantante. Y una vez derrotados los rojos, el bando nacional derrotó a los azules.

Esa admiración de José Antonio por Lorca también la ha reconocido Francisco, el hermano del poeta, en su libro Federico y su mundo cuando cuenta que el poeta recibe una subvención que esperaba para su teatro La Barraca:

«La subvención pudo ser salvada, se dice que gracias (y es posible) a la intervención del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, ferviente admirador de Federico».

Y termino con unas citas del falangista Dionisio Ridruejo, cuando era director general de Propaganda, hace del cedista, no falangista, Ruiz Alonso. Dice que entre el personal heredado se encontró con el nombre del diputado obrero (de la CEDA) por Granada, Ramón Ruiz Alonso.

«Como todo el mundo sabe, este hombre ha sido el jefe del grupo armado que detuvo a García Lorca en casa de la familia Rosales donde se había refugiado».

A continuación, en Casi unas memorias, Ridruejo sigue escribiendo:

«Acabo de tomar posesión de este servicio y veo que usted sigue en él. Quiero decirle con toda claridad que no deseo su colaboración y que por ello doy por presentada y aceptada su renuncia. La razón es simple. Usted ha participado en la muerte de Federico García Lorca en Granada, una de las más lamentables e injustas que se han producido en esta guerra. Yo no soy un juez y no entro ni salgo en la responsabilidad que a usted le toque, pero no quiero tenerle a mis órdenes y considero que esta es la primera vez y última vez que tengo relación con usted».

Esta es la verdadera historia de este individuo que nunca perteneció a Falange, y que no  ha recogido Wikipedia. Toda esta serie de mentiras que publican una mayoría de medios, hayan sido, muy posiblemente, las que un día iluminaron la cabeza del infame y nefasto presidente José Luis Rodríguez Zapatero para sacar adelante la Ley de la Memoria Histórica, sin que el PP, años después con mayoría en la Cámara, haya querido revocarla.



Video promocional de la ópera Ainadamar 

La vida y obra de García Lorca, y su relación con Margarita Xirgu son los cimientos de esta ópera de Golijov que mezcla sonidos tan diferentes como el flamenco, las habaneras y la música contemporánea. Un alegato a la poesía y la amistad que Nuria Espert y Peter Sellars, protagonistas indiscutibles de este nuevo espectáculo del Real, nos explican desde su artística visión.

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