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Alcubierre, la heroica gesta de la Falange aragonesa
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Alcubierre, la heroica gesta de la Falange aragonesa
En el puerto de Alcubierre, en la cota San Simón, escribió con su sangre la Falange de Aragón una de las mayores gestas de su historia. En el paraje denominado las Tres Huegas, en la sierra de Alcubierre, los bravos maños de la Falange se hicieron inmortales.
Hacía poco que se había iniciado el alzamiento cívico-militar contra el Gobierno frentepopulista de la República. Aragón prácticamente había quedado partido en dos y la sierra de Alcubierre era la atalaya defensiva más importante del camino hacia Zaragoza, era la llave que guardaba la capital.
El 15 de octubre del 36, las posiciones nacionales defendidas por la Legión fueron atacadas por cinco batallones anarquistas de la Columna Ascaso que se dirigía hacia Zaragoza. Los legionarios resistieron el ataque pero murió un sargento apellidado San Simón, en cuyo recuerdo se puso nombre a la cota más atacada.
Las posiciones siguieron manteniendo la seguridad de Zaragoza, hasta que el 8 de abril de 1937, tropas nacionales aseguraban nuevamente las cotas y riscos del puerto de Alcubierre, al haber sido avisadas de un posible ataque de la infantería roja. Justo al día siguiente, un batallón de la Columna Maciá-Companys (nacionalistas catalanes) inició el ataque sobre la posición San Simón.
El frente defensivo de los nacionales se encontraba extendido en trincheras y parapetos, y la quinta posición del sector derecho estaba defendida por una sección mandada por el alférez Romero y por la X Falange de la Bandera Móvil de Aragón, al mando de su jefe Victorio Alares, posición que al principio recibió el feroz ataque del enemigo.
Al propio tiempo, en el sector izquierdo, la posición segunda, llamada San Simón (en recuerdo del sargento legionario muerto en la misma meses antes), defendida por la XXV Falange de la Tercera Bandera de Aragón, también recibía un fuerte ataque de los republicanos. Justo después de las cuatro de la tarde, la artillería roja realizó un constante martilleo de las posiciones nacionales, en el cual también intervino la aviación.
Cuando creyeron haber acabado con la defensa, cientos de milicianos atacaron especialmente las dos posiciones antes reseñadas, sobre todo recibió un fuerte castigo de fuego la 5ª derecha, que a pesar de estar defendida por menos de cincuenta falangistas aguantó la embestida y en su sector el ataque fue totalmente rechazado.
Pero simultáneamente la infantería roja, estaba atacando la posición San Simón. La lucha llega al cuerpo a cuerpo, y al atardecer la posición cae en manos de los asaltantes ya que no queda nadie para defenderla, sesenta camisas azules caen muertos entre los parapetos y las trincheras, todos los defensores han muerto, pero no se han rendido.
Al día siguiente, camaradas de la III Bandera de la Falange de Aragón, junto con sus hermanos de la II Bandera de La Legión al mando de Mariano Escribano, después de un ataque suicida, logran recuperar la posición San Simón, los cadáveres de los sesenta defensores todavía estaban en los sitios donde habían caído muertos. En los combates murió también el teniente de la Guardia Civil Eugenio Hernández Santamaría, quien a título póstumo fue condecorado con la Laureada de San Fernando
La gesta de Alcubierre evitó el avance de las columnas rojas hacia Zaragoza.
Muchos años después, y para recordar la hazaña de los falangistas aragoneses, se erigieron dos monumentos en su recuerdo, el primero en forma de lápida (del que publicamos su fotografía), y otro de grandes dimensiones en lo alto de la cota, monumento que a pesar de su estado de abandono se sigue manteniendo en pie.
La Falange de Aragón, que logró movilizar miles de voluntarios falangistas para combatir en sus banderas, pagó un alto tributo de sangre en Alcubierre.
¡Presentes!
Fotografías de la lápida y de una sección de las trincheras defensivas de Alcubierre
La gesta de Alcubierre dio origen a numerosas coplas en el bando nacional:
Si subes a la pradera
no pises las amapolas,
que están regadas con sangre
de la Falange Española.
Con un puñado de sal
y otro de canela en rama,
hizo Dios a José Antonio
para que salvara a España.
En la Sierra de Alcubierre
hay una fuente que mana
sangre de los falangistas
que murieron por España.
Échale tristeza al vino
y amargura a la guitarra,
camarada, nos mataron
al mejor hombre de España.
Tres cruces llevo en el pecho,
tres heridas en la carne,
y en el corazón tres nombres:
Dios, España y la Falange.
[Escuchar la canción] Coro de la Hermandad Doncel.
Monolito erigido en memoria de los falangistas de la 25ª y 63ª Falange de la Bandera Móvil de Aragón, y de los soldados de la sección del Regimiento de Infantería "Gerona" nº 18, que murieron el 9 de abril de 1937 en defensa de las posiciones 2ª izquierda –monte de Puig Ladrón, lugar conocido como San Simón– y 5ª derecha.
El ramal de comunicación que arranca tras la piedra memorial, asciende hasta la 5ª posición izquierda y conecta, asimismo, con otra trinchera contigua que domina el antiguo collado del puerto y la carretera de Leciñena a Alcubierre. Reza así:
Aquí con grito heroico enmudecieron muchas voces que clamaban por la Patria, el Pan y la Justicia.
Concentración falangista en San Simón, 1974. El monumento, a pesar de su abandono, sigue en pie.
Esta canción, dedicada a la Batalla del Ebro, apareció impresa en unas hojas editadas por la Delegación Nacional del Frente de Juventudes, en 1953. Fue su autor Agustín Paíno.