NUESTRA MEMORIA

El exilio de Vicente Cadenas en Francia, primavera de 1937

Vicente Cadenas no pudo volver a España hasta 1944 y Raimundo Fernández Cuesta siendo ministro de Justicia le ofreció diversos cargos. Cadenas nunca aceptó cargo alguno dentro del Movimiento Nacional.
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Vicente Cadenas aparece en la portada del libro sobre su persona, de José Luis Jerez Riesco, y en su despacho particular cuando era secretario general de la asociación Hidalgos de España.
El exilio de Vicente Cadenas en Francia, primavera de 1937

El exilio de Vicente Cadenas en Francia, primavera de 1937


Para quien no le conozca recuerdo que Vicente Cadenas y Vicent pertenecía a Falange Española desde 1934, es decir era miembro de lo que posteriormente se denominó la Vieja Guardia, para referirse a los afiliados a Falange Española de las JONS con anterioridad al 18 de julio de 1936, fecha del comienzo de la guerra civil.

Cadenas había estudiado Historia en la facultad de letras de la Universidad de Madrid. Con anterioridad a Falange perteneció a las JONS de Ramiro Ledesma, con lo que su entrada en las filas de la organización creada por José Antonio fue consecuencia de la unión voluntaria entre las JONS y Falange Española.

Después de que José Antonio expulsase de Falange Española de las JONS a Ramiro Ledesma a finales de 1934, debido no solo a un conflicto de liderazgo sino también a divergencias políticas, la mayoría de los jonsistas, salvo unos pocos, permanecieron al lado de José Antonio, entre ellos Vicente Cadenas.

Cadenas fue el segundo jefe nacional de la prensa y propaganda falangista, designado como tal por el propio José Antonio. Sustituyó en el puesto al arquitecto donostiarra José Manuel Aizpurua, el cual por su profesión y por residir en San Sebastián, no podía continuar al frente de esa importantísima jefatura, esencial para el desarrollo de la organización falangista. Por desgracia Aizpurua fue asesinado posteriormente ya iniciada la guerra civil, el 6 de septiembre del 36, en la cárcel de Ondarreta de su ciudad natal.

Al contrario de lo que muchos puedan pensar la represión franquista contra los falangistas tras el Decreto de Unificación de abril de 1937, no se limitó a Manuel Hedilla y varios de sus seguidores y colaboradores sino que fue bastante más amplia. Según datos de la Fundación Francisco Franco fueron alrededor de mil los perseguidos de una u otra manera, si bien es cierto que poco a poco, pasado un tiempo, fueron siendo indultados y liberados. El capitán José Chamorro, jefe del Servicio de Información de Falange, nombrado por Hedilla, y el propio segundo jefe nacional, son los que más tiempo permanecieron en prisión.

Sin embargo Vicente Cadenas cruzó la frontera y se exilió en el sur de Francia. Con él, haciendo lo propio, paso a Francia Vicente Gaceo, su segundo en la prensa y propaganda. Sin embargo cuando este se enteró que se le iba a procesar en rebeldía volvió a España y se entregó a la policía.

Fue juzgado, condenado a muerte, pena que fue conmutada y después liberado. Gaceo, el pequeño y valeroso Gaceo, como le llamó José Antonio en una de sus últimas cartas escritas desde la cárcel de Alicante el 19 de noviembre de 1936 y dirigida a Manuel Valdés, marchó luego a Rusia alistado en la División Azul y allí murió. Tanto Cadenas como Gaceo en los sucesos de Salamanca habían tomado partido por Hedilla.

Ya en Francia se atribuyó a Cadenas la creación de una denominada Falange Auténtica y la elaboración y reparto de octavillas reivindicativas de una Falange independiente. Cadenas lo negó siempre y lo achacó al líder socialista Indalecio Prieto, que al parecer quería aprovechar la unificación para profundizar en la herida abierta en el falangismo a causas de la misma. No obstante, entre otros, Stanley J. Payne lo cita como probable creador de esa Falange Auténtica, al contrario que la escritora Sheelagh Ellwood, autora de Prietas las filas. Historia de Falange Española, que mantiene que todo fue obra de Indalecio Prieto.

Sin embargo, en Francia, ocurrieron dos acontecimientos en los que intervino Vicente Cadenas, corroborados y sin existir duda alguna de su existencia, ambos de especial importancia en la historia de la Falange:

El primero, las relaciones que mantuvo Cadenas, por iniciativa propia, con representantes del Gobierno de la Republica a través del consulado español en Hendaya y la embajada en París.

La segunda la presencia en Hendaya, camino de Salamanca, de Raimundo Fernández Cuesta que, tras ser canjeado, había llegado proveniente de la España republicana.

Fernández Cuesta antes de salir de zona republicana, vía Valencia - Marsella, mantuvo conversaciones con Indalecio Prieto y una vez en Hendaya fue informado por Cadenas de la unificación y los sucesos de Salamanca, es decir, no llegó a España sin conocimiento de que Franco, junto a Serrano Suñer, se había hecho con el control de Falange Española de las JONS.

Con lo cual se le planteó moral y políticamente a Fernández Cuesta el dilema de qué haría al regresar a España, o seguir la estela de Manuel Hedilla y luchar por la pervivencia de Falange Española de las JONS al margen de los militares, o plegarse al general y ponerse a sus órdenes Todos sabemos lo que hizo contraviniendo las instrucciones de José Antonio relativas a la participación de Falange en la rebelión del 18 de julio.

Son ciertas las dificultades y consecuencias que de haber tomado la primera decisión hubiese sufrido, y siendo comprensivo tampoco era cuestión de tener un enfrentamiento directo con Franco nada más llegar, pero es obvio que había otras vías, la de la prudencia acompañada de la reagrupación de los Camisas Viejas y su organización para, desde dentro, tratar de hacer algo. Hasta Serrano Suñer le robó esa posibilidad si esa hubiese sido su intención, que no lo fue. El era el secretario general y en aquellos momentos era esperado por todos como agua de mayo.

Vicente Cadenas, según Fernández Cuesta, acudió a la embajada de España en Paris para intervenir en lo relacionado con su liberación y vuelta a España, pero ello por sí solo es bastante sospechoso dado que era un exiliado perseguido en la España nacional, por lo que la tesis más probable es que lo hiciera también para recabar apoyo e informar a la Republica de lo que había pasado en Salamanca con motivo de la unificación.

Vicente Cadenas no pudo volver a España hasta 1944 y Raimundo Fernández Cuesta siendo ministro de Justicia en 1945 le ofreció diversos cargos. Cadenas nunca aceptó cargo alguno dentro del Movimiento Nacional. Murió en el año 2005 llevándose numerosos secretos a la tumba.

Todo esto lo corroboran tanto el embajador en Francia Ángel Osorio y Gallardo, así como el cónsul en Hendaya Antonio Mujica Irureta. Y lo cuenta Jeroni Miquel Mas Rigo en un trabajo titulado Vicente Cadenas y la disidencia falangista en el sur de Francia, que con ese título se puede encontrar en la Fundación Dialnet, así como el número 204 del digital El Catoblepas, de julio de 2023.

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