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El maquiavélico plan de Pedro Sánchez.
Publicado en la revista Desde la Puerta del Sol núm. 468, de 15 de junio de 2021. Ver portada Desde la Puerta del Sol en LRP. Recibir actualizaciones de La Razón de la Proa.
El maquiavélico plan de Pedro Sánchez.
Una auténtica obra de ingeniería política ha sido diseñada, desde Moncloa, para garantizar la estabilidad del gobierno de Pedro Sánchez. No hay cabo sin atar ni movimiento que no esté previsto conforme a una estrategia tan meditada como perversa. El objetivo es perpetuarse al frente del Gobierno de España.
Efectivamente, con un riesgo calculado, asumiendo un desgaste político temprano, anterior a los próximo comicios electorales nacionales que se celebrarán, conforme al calendario normal, dentro de dos años, ha puesto en marcha desde el inicio de la actual legislatura un taimado y maquiavélico diseño de un plan que, sin sonrojo y con enormes dosis de sectarismo, pretende subvertir el orden constitucional de manera ignominiosa, execrable y deleznable. Los pasos a seguir –algunos ya dados– son los siguientes:
- Garantizar la coalición, tan necesaria como imprescindible para su propia supervivencia, entregando a los podemitas cuatro carteras ministeriales. Éstos le sirven para establecer puentes de negociación con otras fuerzas políticas radicales y nacionalistas, incluidos los bilduetarras.
- Proceder al nombramiento como fiscal general del Estado a Dolores Delgado, a la sazón, verdadera comisaria al servicio de los intereses de Moncloa. Cabe recordar que las funciones constitucionales de este órgano son las de la acción judicial de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos ciudadanos y del interés público siempre tutelado desde la ley. Es la jefatura superior y representación del Ministerio Fiscal.
- Se ha pretendido y se sigue pretendiendo mediatizar políticamente la renovación del Consejo General del Poder Judicial. El asalto al poder judicial para ponerlo al servicio de sus exclusivos intereses personales partidistas es un hecho consumado.
- Provoca la división entre los secesionistas catalanes. Enfrenta a Esquerra Republicana con la CUP, PDCAT y Junts. De esta manera controla los derroteros del procés. Suma así a su pérfido plan a los chicos de Junqueras y Pere Aragonés, dejando en fuera de juego al fugado Carles Puigdemont. Esta jugada le permite, si ello es posible, maquillar ante su electorado el fondo de la cuestión y la esencia de sus proyectos para España y, por ende, para Cataluña y el País Vasco, que vendrá después.
- Presenta como candidato al gobierno de la Generalidad a Luis Salvador Illa. Para ello le hace pre campaña como responsable del Ministerio de Sanidad. Su carácter afable y dialogante, en apariencia, es la de un títere al servicio de Sánchez.
- Para ganar tiempo, abre la mesa de diálogo con los independentistas, con gestos benévolos y expresiones públicas y mediáticas de magnanimidad. Se rebaja a discutir lo indiscutible, de tú a tú, en un plano de igualdad ilegítimo con los representantes del gobierno catalán. Desde Buenos Aires, llega a aceptar la felonía de aceptar la posible participación de Oriol Junqueras. Todo son declaraciones vacías, carentes de contenido y cargadas de eufemismos a modo de guiño con los sediciosos. De esta manera agiliza la tramitación del indulto por vía gubernamental mientras distrae a la opinión pública.
- Pone en marcha su propaganda utilizando sus terminales mediáticas. No duda en emplear a los medios afines para descalificar a la oposición y hacer pedagogía entre sus votantes. La manipulación informativa es un pilar fundamental de su pérfido plan. Además, le garantiza el apoyo de sus apoyos políticos, convence a sus electores de no judicializar la cuestión catalana llevándola al campo político donde sabe que es más fácilmente manipulable.
- Procede al indulto de los condenados por los tribunales de justicia. Así fideliza y controla los movimientos independentistas. Sigue ganando tiempo y hace concesiones que irá regulando según vea los ánimos de aquellos.
- Con carácter imperativo e impositivo, modificará el código penal para cambiar el delito de sedición perpetrado, consumado y condenado. Otra jugada que supone una inaceptable intromisión y quebrantamiento de la división de poderes. Más tiempo para ir concluyendo su legislatura y garantizar el apoyo de la anti España para poder sacar adelante otras políticas de gravísimo alcance económico, político y social.
- No procede contra los que, de manera pública y notoria, siguen defendiendo la vía unilateral para acceder a la independencia de Cataluña. Les deja hablar, les da libertad de actuación impunemente, a la vez que les anuncia un posible referéndum que defina el «marco social de convivencia», sin incurrir en la ilegalidad y sin dar voz al pueblo español, auténtico soberano de los destinos patrios. Una carantoña más para atemperar los ánimos de los irredentos.
- Si el zapato aprieta y los tiempos se agotan, no dudará en que Puigdemont pueda regresar a España, una vez producidos como antecedentes los indultos y la modificación del código de justicia al respecto del delito de sedición. Sobre esta cuestión hay negociaciones clandestinas entre el prófugo e intermediarios del ejecutivo español. No les quepa duda de que se celebrara un juicio, habrá una dulce sentencia y un indulto en escaso tiempo.
- El trabajo estaría hecho de parte del gobierno socialista, a partir de ahí, los independentistas deberán cumplir con su parte firmada y acordada.
¿Qué es lo que tienen que hacer lo sediciosos? Mediante campañas propagandísticas, utilizando la educación, las instituciones y los medios de comunicación, garantizar el aniquilamiento de toda resistencia anti independentista. El miedo, la intimidación, la limpieza ideológica del pueblo catalán es el beneficioso resultado. Sencillamente, la misión de los golpistas es aumentar su respaldo popular para afrontar la contraofensiva final, la proclamación de la república independiente de Cataluña.
Conclusión.
Queridos lectores, en España no hay presos políticos, hay delincuentes merecedores de prisión; no hay exiliados, hay prófugos de la justicia; hay reglas de juego democrático marcadas por la Constitución, no se pueden romper esa normas sin el concurso del soberano pueblo español, no se puede hacer trampas, menos aún cambiar las reglas a capricho; no se puede convocar ningún referéndum, aunque se le quiera llamar consulta u otro invento demagógico; el imperio de la ley garantiza el marco de convivencia, no puede haber privilegios que no se atengan a derecho, «dura lex, sed lex» –la ley es dura, pero es ley–.
En definitiva, un gobierno tramposo, felón, sectario, demagógico y manipulador pretende desmembrar España –ya verán como luego vienen los vascos con la misma canturrela y acometer reformas de profundo calado en otros ámbitos. No cuentes al tiempo lo que el tiempo te contará. Lamentable, pero muy cierto.