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Temperatura otoñal

No son pocos los que auguran un otoño caliente en España. No nos referimos a temperatura ambiental, sino a la política que, por otro lado, se templó hace tiempo, aunque ahora pueda llegar a alcanzar más grados de los convenientes.


Publicado en Cuadernos de EncuentroNúmero 134, de Otoño de 2018.
La Moncloa paseo otoñal
Temperatura otoñal

Y es que la arribada del PSOE al poder, con el ínclito Pedro Sánchez a su cabeza, haciendo uso de sus habituales modos, encrespados en los últimos tiempos con pirómanos que prefieren la tea y la gasolina a modos más recomendables para la buena gobernanza y la búsqueda de lo más aconsejable para que el país crezca en amor y compañía, siguiendo los caminos más plausibles que conduzcan a lo mejor para todos mediante los métodos más dignos y justos, lo quiere cambiar todo según confesión de parte.

  • Echando una mirada al paisaje, parece difícil que se enderecen las intenciones del cuadro de los sobresalientes elevados a los puestos desde los que se ejerce el poder, ya que, sin duda, muestran, de forma muy apasionada e intransigente, las maneras de la ideología que practican y que han elevado hasta cotas increíbles donde resulta imposible el entendimiento para caminar conjuntados con los otros hacia el objetivo deseable.
  • Porque los años van pasando, la historia se va escribiendo con hechos reales que ahí quedan, y ellos no están conformes con ese resultado y lo quieren cambiar radicalmente para que en la mente de las gentes, en la letra impresa y en los signos externos aparezca justamente lo contrario, por lo que pretenden imponer una «comisión de la verdad» que dictamine, sin derecho a réplica, cómo han transcurrido los hechos que refleje la historia en el presente y futuro, conozcan las gentes y aparezca representado en los monumentos.

Naturalmente, esto es una aberración, una barbaridad, hasta una tontería podríamos decir sin temor a equivocarnos, pues la historia es tozuda, ya ha sido escrita, la han recogido infinidad de textos basados en el estudio concienzudo, y no se puede quemar hasta la última e insignificante pizca de papel o moler la última esquirla de piedra donde se haya dejado constancia de esa historia, ya sea verdadera en todos sus términos, ya aproximada por falta de documentación o de objetividad en el análisis.

  • ¿Qué se consigue con la terquedad utilizada en querer invertir el pasado? Nada pues la razón dice, a lo más, que pueda ser utilizado en el presente con fines no justificables, intereses partidistas, ambiciones desmesuradas, error en las ideologías, caprichos inexplicables, deseos de volver a un tiempo en el que de ninguna forma resulta posible, pues la marcha de la historia es inapelable y no permite otra cosa que avanzar continuamente en su desarrollo, con nuevas ideas puestas en marcha por gentes de nuevas generaciones que cuenta con medios distintos a los que se utilizaron en el pasado, y la visión del mundo no es igual en el discurrir de cada momento.

Porque pretender imponer lo de tiempo pasado que no llegaron a poner en marcha ya no será igual, en todo caso aproximarse a un remedo, mejor o peor que el original, pero que no encaja en el tiempo presente. Y si entonces cayó de una forma estrepitosa porque no resultaba idóneo para entonces, volverá a caer porque resulta mucho más inconsistente para el tiempo actual.

  • La prueba se está viendo cada día por los impedimentos que surgen a través de las leyes y las conquistas de todo tipo obtenidas por la sociedad; y o bien lo imponen por la fuerza coercitiva que no persuade, o han de dar continuamente marcha atrás, o intentan justificarlo sin que las palabras empleadas para ello lleven a un convencimiento perdurable.

Cálida parece que ha de ser la temperatura otoñal por la acción de los pirómanos quienes –a pesar de las condenas públicas por su actitud y acción contra los bienes de la nación, entre los que forma parte fundamental la población que compone el pueblo soberano–, se han de revolver como fieras irracionales al no encontrar la salida adecuada para seguir su camino, salvar el pellejo y encontrar nuevos lugares donde la caza sea fructífera.

  • Y probablemente esa temperatura pase del otoño al invierno, y se prolongue en estaciones sucesivas a lo largo del año, sin que los intentos de cambiar todo machacando la historia real, tratando de eliminar los valores permanentes del bien humano de la nación, procurando triturar la tradición que ha ido acumulando el homo sapiens, violando las creencias religiosas con las que no han podido veinte siglos de historia, de los frutos deseados por los incendiarios de medio pelo, pues el discurrir del muncho ha ido siempre formando un diente de sierra, volviendo, después de los excesos, a una situación normal en la que realmente se consigue el progreso.

Apostamos por el progreso sin estridencias, teniendo en cuenta los valores permanentes, la fe que asienta el discurrir de la vida de las personas, y la esperanza de que siempre surge, en todas las etapas de la historia, quien impone la honestidad de pensamiento y acción por encima de las teas que utilizan los arribistas y descerebrados.