OPINIÓN | ACTUALIDAD
Un símbolo destruido
Publicado en la revista digital “Somos”. Núm. 12, de abril 2019
* En la sección Pensamos que... (artículo de opinión a modo de editorial).
Editado por la asociación cultural Avance Social.
Ver portada de Somos en La Razón de la Proa.
En el momento de editar este número de SOMOS, llegan noticias de París.
- La catedral de Notre Dame, Nuestra señora de París, ha sufrido un incendio devastador.
Se había terminado de construir en 1345 y la última gran destrucción que sufrió, fue en 1790, cuando fue profanada por las hordas revolucionarias. Hasta le fecha actual, a lo largo de dos siglos, ha pasado por diversas reformas y obras de mantenimiento.
- Las imágenes que se han visto son dramáticas, secas. No han tenido el componente cinematográfico que tuvo el atentado de las torres gemelas de Nueva York que, con todo respeto para los miles de muertos que hubo y el horror ante la brutal destrucción producida, llegó a asemejarse a tantas películas sobre catástrofes urbanas que se han podido ver.
La imagen de “la flèche”, la flecha, la esbelta aguja que contenía un relicario con parte de la corona de espinas de Cristo, y reliquias de San Dionisio y Santa Genoveva, desplomándose entre llamas, ha sido rotunda, desoladora y no admite sino ponerse en guardia ante lo que puede ser un negro presagio.
- En efecto, se ha destruido un símbolo cristiano, un símbolo de ese cristianismo que fue amalgama de Europa y, por lo tanto, símbolo de nuestra cultura y de nuestra tradición, esa cultura y esa tradición que por doquier se encuentran combatidas y vilipendiadas.
Pronto es para saber causas y posibles autorías y no es lícito aventurarlas, pero el daño inferido a un símbolo de la Europa auténtica, más allá de la pérdida material, es demasiado grave como para no pensar en la mano criminal.
Esperemos que se establezca la verdad.