Parece ser que al Atlético de Madrid le van a sancionar gravemente, impidiéndole utilizar 5000 plazas de su estadio. La causa es el saludo brazo en alto de unos aficionados en un partido oficial. Y el argumento “que eran nazis”, condición prohibida por la UEF.

Pero el saludo brazo en alto, con la palma de la mano abierta, ha sido utilizado desde la antigüedad. Los iberos la usaban, señalando con él que iban desarmados, en son de paz, o como simple saludo cordial. Y en Roma se usó habitualmente durante siglos. Innumerables esculturas y pinturas adornan las provincias romanas.

Y ese saludo romano ha participado en muchas olimpiadas, llamándose así: saludo olímpico, reflejado en famosas esculturas, como la que durante decenios permaneció en Amsterdam (ciudad nada nazi, evidentemente). Y aún ahora, en los juramentos a la bandera de varios países (Chile, México…) continúa usándose.

Ciertamente, en la Segunda Guerra Mundial, los países derrotado, usaban también el saludo romano, recuperado por Mussolini y copiado por Alemania (por cierto, nada romana). Y ya saben Vae victis (¡Ay de los vencidos!)

Naturalmente, no puedo saber si el saludo de aquellos aficionados del Atleti era rememorando la condición olímpica del deporte, el saludo amistoso, desarmado o, en todo caso, una manifestación política anacrónica de nacionalsocialismo.

Para saludo peligroso, sin alternativas amables, el del puño cerrado, símbolo de cólera, de anti, de agresividad, de resistencia, de feminismo radical, al parecer de origen ancestral, asirio, pero popularizado en la guerra civil española como reclamo antifascista, anticonservador, antimilitar, anticristiano…anticorbata.

Trotski, Stalin, Mao, Pasionaria… lo usaron con determinación, pero también sabemos que otros muchos lo esgrimieron como un viejo legado a conservar, sin reminiscencias agresivas. Todos recordamos a un joven Felipe González, presidente del Gobierno, y a otros pacíficos y reconocido personajes de la izquierda, con su puño en alto, cantando la Internacional.

Confío, en que, en el Wanda-Metropolitano, si algunos saludan con el puño en alto, la UEFA no les sancione por apología de los crímenes de guerra en Ucrania.

La Razón de la Proa (LRP) no se hace responsable de las opiniones publicadas, son los autores firmantes los únicos que deben responder de las mismas. LRP tampoco tiene por qué compartir en su totalidad el criterio de los colaboradores. Todos los artículos de LRP se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia, teniendo en cuenta que LRP también reproduce artículos de terceros, en esos casos habría que pedirles autorización a ellos.
Recibir el boletín semanal de LRP (newsletter)