¿Tenemos voluntad de imperio?
Publicado en Gaceta Fund. J. A. núm. 359 (AGO/2022). Ver portada de Gaceta FJA en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín semanal de LRP.
Leyendo el imprescindible Madre Patria, del argentino ⎼hispano⎼ Marcelo Gullo Omedeo, he repasado los 27 (¿28?) puntos fundamentales de Falange, donde se proclama:
«Tenemos voluntad de imperio. Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio. Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento internacional ni la mediatización extranjera.
Respecto de los países de Hispanoamérica tendemos a la unidad de cultura, de intereses económicos y de poder. España alega su condición de eje espiritual del mundo hispánico como título de preeminencia en las empresas universales».
Esa proclamación programática falangista expresada solo 36 años tras la ominosa pérdida de Cuba y de Filipinas, puede parecer una ilusoria fanfarronada, del mismo modo que puede parecérselo a muchos ahora, 88 años después de proclamada, cuando esa España llamada al Imperio, a la preeminencia se debate entre la simple permanencia o la fragmentación.
Cuando los redactores de los Puntos debatían los textos, Europa solo era una entidad geográfica, alejada de cualquier proyecto político unitario, abocada a una terrible confrontación tras acabar de superar otra, la PGM. ¡Bastante era ⎼para nosotros⎼ aspirar a un puesto preeminente!
Y resulta que ahora estamos en la UE, la Europa de los mercaderes, pero alejados de puesto preeminente, sujetos a los intereses económicos de Francia y, especialmente, Alemania; y sin visos de alcanzar la unidad política, ni de ensalzar los valores culturales y espirituales que crearon Occidente.
El párrafo de los Puntos sobre Hispanoamérica es otra cosa. Aquí, el concepto de imperio es de unidad, tanto de la lengua, la cultura común, como de los intereses económicos y de poder. España, Hermana Patria, solo reclama la condición de eje espiritual de esos 600 millones de hispanohablantes, huérfanos, en muchos casos, de la presencia cultural común, y sujetos a la opresión globalista anglosajona y useña.
Frente al imperialismo practicado por las grandes naciones cultas de occidente, masacrando, desplazando, aislando y destruyendo a las comunidades previas (los ejemplos holandeses, belgas, ingleses y usacos, son demoledores). España, producto a su vez de invasiones duraderas, ha cultivado el mestizaje como empresa verdaderamente ecuménica. Sin negar abusos, crímenes y excesos que conlleva 400 años de presencia.
Ahora, miles de hispanos de allá, mestizos como lo somos nosotros, los hispanos de aquí nos devuelven la visita, con sus mujeres y sus niños. Lograrán ⎼en eso confío⎼ resolver y superar la terrible hecatombe demográfica que nos asola y la invasión de otras prolíficas culturas.
Esos nuevos hispanos de allá-de aquí cuando pasen dos generaciones se preguntarán: «Compañero, ¿eres de Colombia, de Cuba, de Canarias, o de Cartagena... de Indias, o de Levante».
━Soy hispano, responderá (D.M)
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