Totalitarios
Publicado en Gaceta Fund. J. A. núm. 367 (ABR/2023). Ver portada de Gaceta FJA en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín de LRP.
El totalitarismo de los partidos políticos. Todo estaba previsto, predestinado, incluso antes de que se formalizara la moción de censura parlamentaria al Gobierno por parte de Vox, y en boca del señor Tamames, insigne personaje del pasado. Tras largas intervenciones de los diputados, alternándose la brillantez y concisión con el aburrimiento y el legalizado abuso en el uso de la palabra, el resultado fue el que ya estaba escrito: 52 votos a favor (más uno del señor Cambronero); 201 en contra (los del PSOE y sus interesados acólitos y 89 abstenciones del PP más un par de “ex UPN”.
Ese resultado, casi absolutamente calcado de las previsiones, han demostrado, una vez más, la dictadura (de dictado) que los partidos políticos ejercen en España, porque tras los razonados argumentos esgrimidos por el señor Tamames ¿cómo es posible que ni un solo miembro del Partido Popular, tan sociológicamente próximo no haya reconsiderado las instrucciones recibidas y votado en conciencia? y, sensu contrario, ¿cómo entender que ni uno solo de los 52 Diputados de Vox, tras oír los extensos y detallados argumentos de presidente del Gobierno y de varios ministros, no haya considerado injustificada la moción y, en consecuencia, votado en contra?
El resultado comentado refleja la disciplinada obediencia de los diputados a sus jefes, no ya en justificadas labores ejecutivas, sino en aspectos propiamente legislativos, de pensamiento; para los que, por cierto, fueron elegidos por la ciudadanía.
Hubo una época (en el siglo pasado, claro) en que la actividad política no ejecutiva (concejales de ayuntamientos, diputados regionales y nacionales) era gratuita y obligatoria, compensándose, apenas, los gastos ocasionados. Nada más lejos de la actualidad, donde muchos de esos diputados en Cortes (¿siguen denominándose así?) perciben más de 100.000 euros anuales .
El trabajo de esos diputados bien pudiera ser realizado por funcionarios del Estado (o del municipio correspondiente), y en las votaciones, los portavoces correspondientes, oprimirían el botón del voto; unos 201 vez; otros 52, y otros 89 se estarían quietos.
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