Libro.- '1923, el golpe de Estado que cambió la historia de España'
Entrevista a Roberto Villa García. El historiador y profesor habla sobre su última obra, que detalla los acontecimientos que conducentes al pronunciamiento de 1923. Se ofrece la entrevista escrita y grabada en vídeo.
Publicado en el digital The Objective (10/09/2023). Leerlo en su sitio web original
En 1923, el golpe de Estado que cambió la historia de España aborda los convulsos meses finales de la monarquía parlamentaria, reconstruye minuciosamente las claves del golpe de 1923 y aclara una de las cuestiones más controvertidas de nuestra historia reciente:
¿Cómo fue posible que un golpe tan rápido, incruento y sorprendentemente popular destruyera el régimen constitucional más longevo de España hasta la fecha?
Pregunta.- ¿Por qué el golpe se produce de forma tan pacífica? ¿Tanto desencanto existe con el régimen liberal?
Respuesta.-
Alfonso XIII, en última instancia, tuvo que aceptar los hechos consumados y acatarlos. Aunque parece que tenía la posibilidad de elegir, en realidad no tenía ninguna. El Rey, la noche del 12 de septiembre, se quedó sin ministro de jornada, ya que éste dimitió. El propio Gobierno, como entidad, dejó de existir en la madrugada del 13 de septiembre, cuando tanto el capitán general de Madrid como los jefes de la Guardia Civil y la Policía se negaron a defender al Gobierno en absoluto. Por lo tanto, en el Gobierno solo quedaba nominalmente un presidente y un ministro sin poder real, esperando la llegada del Rey para devolverle los poderes. El otro gran partido que podría haber asumido el poder, como en 1917, también se retiró, y todos estuvieron de acuerdo en que era hora de que el Ejército, o el líder de la insurrección triunfante, Primo de Rivera, asumiera la responsabilidad de gobernar.
Pensaban que Primo de Rivera eventualmente se enfrentaría a los mismos problemas que ellos habían tenido que enfrentar y que no duraría mucho en el cargo. Su idea era que en dos o tres meses se desgastaría y los políticos constitucionales volverían al poder. También había una conciencia entre ellos de que lo sucedido era en cierto modo una expiación por los errores pasados, la especie de crónica de una muerte anunciada desde 1917.
La verdad es que el esquema del golpe de Primo de Rivera en 1923 se asemeja al de 1868. Es decir, si bien la iniciativa proviene de los militares, contó con un notable acompañamiento popular. Esto impresionó también a los políticos constitucionales, que piensan: «Bueno, quizás no tenga legitimidad de origen, pero si este gobierno de excepción resuelve los problemas más acuciantes, podría ganar una legitimidad de ejercicio. Es decir, podríamos decir que esta etapa sirvió para abordar los problemas que el régimen constitucional no pudo resolver y así volver a una versión mejorada de lo anterior, retomando el juego de los partidos políticos».
Por eso, la oposición a la dictadura surge años más tarde. Seguir leyendo... (enlaza con The Objective)
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