El día que degradaron a José Antonio por pegarse con el general Queipo.

«Una vez comprobado por mí quien era el autor de la carta ofensiva, me dirigí a él, le enseñé la carta para que la reconociera, y una vez que la hubo reconocido le di un golpe en la cara», relata José Antonio.


Artículo firmado por Gustavo Morales, publicado en el digital El Debate (13/10/2023). Leerlo en su sitio web original. Recogido parcialmente por La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín de LRP.

Finalizando la dictadura del general Primo de Rivera, otro general, Queipo de Llano remitió una carta llena de insultos y amenazas al anciano tío de José Antonio Primo de Rivera, hermano de su padre. Enfadado José Antonio por las palabras que el general Queipo de Llano había enviado a su tío «hablando de no sé qué humillaciones de que creía haber sido objeto, y llamándole cretino, y hablando de que quería procurar liquidar cuentas pendientes», algo que consideraba «intolerable y cobarde tratándose de mí tío» pues este era «un anciano enfermo imposibilitado en absoluto para ningún combate».

El 9 de febrero de 1930, José Antonio, su hermano Miguel, y su primo Sancho Dávila decidieron pedir explicaciones a Queipo: José Antonio fue a su casa de Queipo quien no les quiso recibir. José Antonio dejó por escrito que «tan pronto como conocí la existencia de semejante carta me trasladé a la casa del Sr. Queipo de Llano, y le hice pasar una tarjeta escrita, rogándole me proporcionara una entrevista con él. Me hizo decir de palabra que iría por la tarde al Lyon D'or. Me trasladé allí y aguardé hasta un rato después de la hora fijada en mi tarjeta. No acudió. Y al irme a mis ocupaciones le deje una carta, que entregué a un camarero, anunciándole que a las nueve de la noche volvería al mismo café».
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